La metamorfosis

Publicado por: admin el Dom, 24/01/2016 - 18:06
abdelaespriella@lawyersenterprise.com

Asistimos los colombianos a una transformación clara e inocultable, en cabeza del presidente Santos
abdelaespriella@lawyersenterprise.com Asistimos los colombianos a una transformación clara e inocultable, en cabeza del presidente Santos. El otrora político conciliador y buscador de consensos ha desaparecido para darle paso a un líder que impone su criterio, más allá de la oposición y la crítica. El gobernante aprende sobre la marcha (nadie tiene experiencia como presidente, hasta que lo es, por más cargos importantes que haya ostentado en el pasado) y luego, cuando tiene cierto bagaje, tiende a pensar que puede solo y se siente omnipotente. Así es la condición humana y la democracia: Santos ganó la reelección y sólo él debe llevar la batuta para ejecutar su trabajo. Lo que resulta irrefutable es que el Presidente tendrá que responder política y jurídicamente por todos sus acciones, es decir, si Juan Manuel Santos, a la postre termina por equivocarse, en la ejecución de políticas públicas o en la toma de decisiones trascendentales para el futuro del Estado, será la historia y la justicia las que tengan la última palabra. Así como hizo valer sus posturas, tendrá que poner el pecho, si las cosas salen mal. Ahora bien: si el resultado es positivo significa, entonces, que el primer mandatario tenía la razón en su visión de país, y lloverán sobre él laureles y aplausos. El tiempo lo dirá. Santos ha impulsado el proceso de paz, contra viento y marea. En esa empresa lo acompaño (al igual que muchos colombianos, también añoro la paz). A pesar de los problemas y la disparidad de criterios entre distintos sectores de la sociedad sobre el manejo del mismo, el Presidente no ha dado su brazo a torcer, frente a las condiciones y el desarrollo de las negociaciones. Vendió ISAGEN a los empellones, decisión que congregó a históricos contradictores de la política y a la ciudadanía en general, en torno al rechazo de esa decisión presidencial. Ha repartido contratos a diestra y siniestra, en la búsqueda de apoyos y alianzas: la “mermelada” llegó a lugares y bolsillos inimaginables. El Presidente no le ha dado importancia a los escándalos en la policía, y, para asegurar la gobernabilidad del director, descabeza oficiales cada semana. Podría citar muchos ejemplos más, en los que Santos actúa a contrapelo de lo que aparentemente resulta necesario o lógico. El presidente deberá cuidarse de no traspasar la línea que divide la democracia de la tiranía, porque, cuando un líder rebasa ciertas fronteras, no hay retorno posible. La ñapa I: Rechazo rotundamente la persecución gubernamental, de la que viene siendo víctima FEDEGAN. La ley no debe torcerse, para amedrentar a aquellos que piensan diferente. La ñapa II: La foto del Ministro de Hacienda, viajando en clase económica a un foro en Suiza, es demagogia y populismo en estado puro. La ñapa III: el director de FENALCO en Barranquilla, Carlos Jiménez, agredió brutalmente a su esposa, por lo tanto debe ser despedido del cargo, y procesado penalmente.