Después del almuerzo, dos personajes reposaban –casi dormidos y casi ridículos- abrigados con enormes ruanas blancas, que serán el símbolo político de los seguidores del Presidente Santos, en su campaña de reelección.
La pantomima hace parte de la crisis que enfrentan ante un proceso que se prevé escabroso, muy difícil, realmente un camino culebrero, como dice la canción.
Los dos protagonistas de la escena lideran la transformación del santismo, hoy en caída libre. Tienen pocos días para –por arte de magia- convertir al partido de la U (que le quitaron a Uribe), en la supuesta fuerza renovadora que necesita el país y que obligaría a la prolongación de su mandato otros cuatro años.
El senador Aurelio Iragorri Hormaza, el más veterano (y más viejo también) de todos los congresistas; y el joven venezolano J.J. Rendón, dormían cabeza a cabeza. Supongo que el primero realmente cansado. Y el segundo, “maquinando” estrategias para salvar a un presidente que hoy atraviesa uno de los peores momentos de su gobierno.
No me imagino a los costeños con las hermosas y pesadas ruanas boyacenses. Lucirían tan excéntricos como Rendón, acostumbrado a su vestimenta negra, de pies a cabeza, el mismo color de sus campañas, según sus críticos. Elogiado, sin embargo, por inteligente, efectivo estratega y simpático contertulio en los altos círculos bogotanos. He sido testigo que le hacen cola para una foto y lo escuchan con devoción de salvador.
El asunto es que, sin mencionar todos los problemas sociales y económicos del país, las huelgas por venir y los asuntos sin resolver, Santos no logra conectarse plenamente con el grueso de los colombianos.
Entre tanto, los conservadores estudian fórmulas para pactar la unión en las próximas elecciones presidenciales. Pueden convenir unas “primarias” en marzo, con base en las elecciones de congresistas. Quien obtenga más votos pondría candidato a la Presidencia. El otro la vicepresidencia. De entrada, las dos fuerzas habrían elegido para entonces unos treinta senadores.
Las fuerzas de izquierda, por su parte, también están poniendo sobre la mesa distintas recetas, todas encaminadas a elegir un candidato que enfrente en las urnas a Santos, a quien consideran derrotable.
En teoría, el Partido Liberal acompaña a Santos, pero conozco a muchos líderes de provincia que aceptan “la instrucción” a regañadientes. El liberalismo dejó de ser una fuerza deliberante para convertirse en el partido de los Gaviria (padre e hijo), al punto de que el senador Galán debió lloriquear (hace unos meses) para que supieran de su existencia. Sin desconocer la incomodidad pública que suele expresar el expresidente Samper.
Así las cosas, Santos no la tiene nada fácil. Y menos por las divisiones internas en su partido. Benedetti dice que Iragorri padece Alzheimer y el dirigente caucano recuerda los viejos problemas de alcohol y drogas –al parecer superados- del díscolo Armandito.
De Vargas Lleras dicen que es a Santos lo que éste a Uribe.
En política como en el fútbol, ningún pronóstico es seguro. Recuerden ustedes que Mockus estaba ganando y perdió en la última curva con Santos. La ventaja que tiene hoy el Presidente –además del enorme poder del ejecutivo y la legión de lambones en todo el país- es que no se ve a la distancia un contrincante fuerte.
Pacho Santos es desestimado por tremendista (una especie de malabarista de circo). Oscar Iván Zuluaga no despierta frío ni calor. Carlos Holmes Trujillo saldría elegido con dificultad concejal de Cali. Y la izquierda dividida…produce más que lástima.
¡Que aparezca una figura que convoque!. O nos toca repetir Santos.
La reelección de Santos, camino culebrero
Mar, 30/07/2013 - 01:06
Después del almuerzo, dos personajes reposaban –casi dormidos y casi ridículos- abrigados con enormes ruanas blancas, que serán el símbolo político de los seguidores del Presidente Santos, en s