Quizá muchos cincuentones –o más- compartan la sorpresa y nostalgia del escritor Gustavo Alvarez Gardeazábal.
-Que una Feria del Libro como la de Bogotá se paralice porque un youtubero chilen
-Que una Feria del Libro como la de Bogotá se paralice porque un youtubero chilen
Quizá muchos cincuentones –o más- compartan la sorpresa y nostalgia del escritor Gustavo Alvarez Gardeazábal.
-Que una Feria del Libro como la de Bogotá se paralice porque un youtubero chileno, que dice cosas que a los viejos cacrecos como yo ni nos va ni nos viene, y en un desorden tan superficial como encarretador, es una paradoja.
El youtube, que se ve en los Smart, engrandeció el lenguaje vacío de los jóvenes. Por supuesto, son 5 a 10 minutos no más mientras el youtubero hace musarañas y dice aguacatadas y los jóvenes de 12 a 18 se conmueven viéndoles y oyéndolas.
Lo paradójico es que los seguidores del youtubero Garmendia fueron a la Feria no solo a verlo en persona sino a agotar 10 mil ejemplares de su libro, que seguramente no leerán nunca. De paso impidieron que los otros pabellones vendieran y despertaron iras de editores y envidias de escritores. Es la fiebre del youtube.
Ahora todo mundo piensa y redacta en titulares, es decir en los 140 caracteres del tuiter. Los textos largos cada vez se ven menos en pantalla.
Peláez y yo, un par de viejitos cacrecos (lo dice Gardeazábal) inventamos por estos días un programa de 20 minutos on line, es decir por internet, a través de spreaker y de la página “eljodario.com” y aunque nos retrasmiten 33 emisoras independientes, cada vez tenemos más seguidores en el internet.
Tal vez, entonces, estemos ayudando a que las nuevas formas de comentar la vida diaria no sean ni los libros que yo he gastado mi vida escribiendo, (y que no se leen), ni los radios por donde Peláez siempre habló, y que ya no se venden.
Nota. Invito al par de viejitos a que escriban y hablen aquí, en KienyKe.com Este es el presente y el futuro.