LECCIONES FINANCIERAS DE MAMÁ

Publicado por: admin el Mar, 02/02/2016 - 14:48
LECCIONES FINANCIERAS DE MAMÁ
Carlos Gustavo Álvarez Guzmán
Uniediciones

LECCIONES FINANCIERAS DE MAMÁ

Carlos Gustavo Álvarez Guzmán

Uniediciones

Diciembre 2015, Bogotá

Reseña escrita por Mauricio López González

Nuevamente Carlos Gustavo Álvarez nos sorprende con su prosa impecable, cotidiana, con esta breve novela, en cierto grado autobiográfica, que llena el espíritu de quien la lea. Con una historia sencilla va relatando el momento en que un vendedor, Angel Custodio Olivares, está varado en el aeropuerto de Cali sin poder conseguir un puesto en un avión para cumplir la cita navideña con su familia un 24 de diciembre. A más de uno le ha sucedido la angustia de incumplir con el requisito de la presencia en determinadas fechas; a veces pienso como reflexión que todos los días son importantes y que deberíamos celebrar como el sombrerero loco los días del “no cumpleaños”. Por asuntos inexplicables, una anciana, Doña Pili, se le acerca y le dice que tiene dos tiquetes y que le puede dar uno: no lo puede creer. Ya montado en el avión, y tras una angustia pasajera por no ver a la anciana (cree que la ha olvidado en el terminal aeroportuario), la tiene exactamente a su lado y comienzan a hablar. Ella le dice que es conferencista y se la pasa por todo el país dando Lecciones Financieras para gente adulta, a partir de su propia experiencia de vida. Es impactante que en unas pocas páginas, se pueda condensar lo que debe ser el manejo financiero de un hogar, de una fábrica, de la vida misma. Y ese mensaje central de la novela en cuanto a lo práctico, perfectamente puede ser reproducido masivamente como la legendaria “Carta a García” para que millones de personas podamos afrontar el diario estrés que genera la lucha entre ingresos y egresos. Llegan a Bogotá, el vendedor deja a Doña Pili en la que es su casa y cumple con el ritual de la cita navideña con los suyos. Al día siguiente, impulsado por el agradecimiento, retorna a casa donde dejó a Doña Pili; le abre su hijo, de quien ya conocía algo por la charla en el avión el día anterior, y surge toda una conversación especial, donde se resumen nuevamente que el amor y el agradecimiento; la fe en Dios y la constancia son las llaves para afrontar la vida; la inefable “regla de las tres p: ser puntual, paciente, persistente”. Con un final inesperado, el autor nos recuerda que siempre hay alguien que nos cuida con la certeza de su compañía invencible y puesta a prueba durante una vida llena de vicisitudes y logros.