Ya ha pasado un mes de las elecciones locales. Los recién elegidos alcaldes y gobernadores enfrentan ahora la dura tarea de nombrar sus gabinetes y hacer el empalme con las administraciones salientes. Acomodar a cientos de personas que participaron en las campañas y pagar todo tipo de favores políticos es toda una maratón. Concejales y diputados pidiendo puestos, los actuales funcionarios rezando para no salir, los integrantes de las coaliciones acomodando sus cuotas, todos aquellos que trabajaron en las campañas esperando una llamada. Son dos meses de mucha tensión, en los cuales los elegidos juegan al ajedrez, para no darle jaque mate a la persona equivocada.
El caso de Antioquia es singular. “No negocio con nadie, no compro un voto, no compro un líder” ha dicho Sergio Fajardo desde hace doce años cuando comenzó su carrera política y lo reafirmó en las pasadas elecciones. En cada discurso dice lo mismo y esa repetidera le ha funcionado, el mensaje ha calado y hoy en día vemos cómo se conforma un gobierno sin negociar con nadie. Fajardo se ha reunido en tandas con los diputados electos y lo primero que les ha dicho es “aquí no hay puestos ni contratos para nadie”. Se da el lujo de decirles eso porque lo puede hacer, porque no negoció para llegar al poder. Ha nombrado a quien le ha dado la gana, a su círculo cercano de siempre que lo llevó a ser el mejor alcalde del país, gente de calidad, incluso tuvo la libertad de hacer un concurso para nombrar a la secretaria de Medio Ambiente. Desde el 31 de octubre comenzó vía Twitter a nombrar a su gente, sin pedirle permiso a nadie y convencido de tener a los mejores. ¡Eso es gobernabilidad! No aquella a la que estamos acostumbrados en la que hay que darle pedacitos a las coaliciones, corporados y líderes comunales para que dejen gobernar. Fajardo también se ha alejado totalmente del proceso de elección del Contralor del Departamento. Los ternados son ajenos a su círculo personal, a diferencia del contralor de bolsillo del saliente gobernador, quien fue su jefe de campaña.
En Medellín aún no tenemos pistas de cómo estará conformado el gabinete municipal. El alcalde electo Aníbal Gaviria ha dicho que el primero de enero conoceremos a los elegidos que ocuparán las secretarías de la segunda alcaldía del país. Por el momento sabemos que hay 45 comisiones encargadas de los empalmes, las cuales ya le entregaron un informe final. Se habla de secretarías para algunos concejales y de la llegada de cuotas de Fabio Valencia, Juan Gómez Martínez, Hernán Gómez y otros caciques políticos que apoyaron al alcalde electo en la campaña. Ojalá eso sea solo un rumor, por el bien de Medellín. La campaña Aníbal Alcalde estuvo rodeada de gente muy buena que esperemos no sea desplazada por el pago de favores políticos.
Afirma la Ley de Imhoff que “la organización de cualquier burocracia se parece mucho a un tanque séptico: los trozos más grandes, siempre suben a la superficie”. Esperemos que en Medellín y Antioquia los trozos más grandes sean los más capaces, no las cuotas de los incapaces. Al menos en Antioquia, así se está demostrando.
@juanpbarrientos