En el Museo de Arte Moderno de Bogotá, desde el 19 de octubre hasta el 14 de noviembre se expondrá las obras de los artistas colombianos: Catalina Mejía con Desastres del Corazón, y Rodrigo Facundo con Fantografías.
Fantografías es el trabajo sobre el que Rodrigo Facundo viene investigando desde hace ya un tiempo. Y se trata de un complejo trabajo porque puede ser una escenografía, una foto digital, una puesta en escena teatral, una versión virtual o, un fotograma de una película. Una maqueta. Todo al tiempo.
El fotograma es casi pictórico, importa el color porque representa toda una narrativa descriptiva donde se unen tiempos, hombres, mujeres y niños, soldados, generales, ruinas, animales, objetos en territorios desolados de gente sin tierra en un universo de guerras, destrucción y olvido.
Archipiélago.
Se trata de una escenografía de retratos y formas armados con soportes en madera que hacen las veces de personajes, fotos a escala, van armando sus mundos fantasmales porque Facundo trabaja dos espacios que, divididos por una fina tela, proyectan una otra profundidad a la escena que, además produce sombras. Sombras y luces que son importantes elementos dentro de un realismo de condiciones humanas simultáneas donde existen los éxodos del mundo juntos. Así los acontecimientos históricos y las geografías influyen en las atmósferas creadas, el aire que respiran, las texturas y el color.
En el trabajo de Rodrigo Facundo existe la necesidad del elemento fotográfico como documento de su presente. Pero a la fotografía la aborda desde la cámara misma, desde el objeto visual representado, desde una investigación que conquiste espacios. En unos escenarios pequeños tienen hasta movimiento como un señor que arrastra una carretilla sin adelantar. ¡Qué cansancio!
Che Voui.
Facundo nos deja entonces en sus desiertos polvorientos, en ruinas de guerras donde todo el mundo ha quedado abandonado o un enorme lago con islas que, a la deriva llevan a sus únicos habitantes.
Como bien retoma la curadora María Elvira Ardila a Jean Beudrillard: Vivimos en la embriaguez de la comunicación. Ese éxtasis acaba con toda reflexión y conlleva al olvido. Y, continúa con Facundo diciendo: Por el contrario, Fantografías están suspendidas, congeladas en el tiempo, están en cámara lenta, nos piden quietud, en ellas se ha encarnado personajes anónimos vinculados e invalidados por la historia. Todos ellos tienen su mundo, su tiempo, la mayoría de ellos no tienen voz. Su vida, su olvido en esas tierras de nadie, su tragedia ha sido vendida y señalada por un instante por las corporaciones mediáticas.
Menosunomasuno.
Importan dentro de sus mundos la intervención de la luz enceguecedora, la luz ambiente diurna, la luz polvorienta en sus escenarios con narrativa propia. María Zambrano –una filosofa maravillosa experta en Seneca- solía decir que una catástrofe es verdaderamente catastrófica sí de ella no depende algo que la rescate. Acá ante el mundo nos queda la obra de arte-.
Yo Pienso.
ARTBO comenzó con entusiasmo en la feria de exposiciones. Artistas, conocedores, coleccionistas, público en general llegaron con interés y curiosidad a observar las muchas de las expresiones artísticas que presentan las galerías nacionales y extranjeras. Una primera impresión es la de siempre, hay cosas buenas, otras regulares, de pronto falsificaciones. También hay horrores. Sí alcanza, vale la pela la experiencia. Sino se lo comentaremos.
