Natalicio y cumpleaños: Schumann y Argerich

Recordar a Schumann el 8 de junio, 212 años después de su nacimiento, es un imperativo romántico de los aficionados como yo a su música, especialmente devota fiel de su Fantasía para piano op. 17. Precisamente en esta doble recordación, el natalicio de Schumann, 8 de junio (1810), y el cumpleaños de Martha Argerich, el 5 de junio (1941), podremos escuchar la primera parte de la Fantasía en una versión poética de ¡“La Pianista”! No se requiere ser crítico especializado ni musicólogo para afirmar que Martha Argerich es la más grande pianista de su generación y de todas las generaciones, con Klara Schumann. Personalmente la Argerich es mi pianista. En cada una de las obras de su repertorio, amplísimo, forjado en una vida artística y personal muy intensa, Martha es incomparable, inigualable, de fuerte personalidad, admirada y aplaudida en los más importantes escenarios del mundo. Ganó el Premio Chopin de Varsovia en 1965, y poco después vino a Colombia, la única vez que se ha presentado en la Sala Arango, en 1966. Dichosos quienes tuvieron el privilegio de escucharla. Aquí va la versión anunciada, solo la primera parte: [youtube width="540" height="360"]http://youtu.be/yoLJpFmjb30[/youtube] Fantasía op. 17 para piano de Roberto Schumann Martha Argerich, pianista argentina-Primera parte/ Video on line Para continuar esta doble celebración, de todo el catálogo de obras de Schumann he elegido su inefable Concierto para piano y orquesta en la menor, op.54 (escogido entre los tres conciertos que escribió: para piano, para violín y para violoncello). Sin falta, tiene que ser hoy esta versión de Martha Argerich con la Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig y Ricardo Chailly dirigiendo. Un regalo al final de esta columna. Robert Alexander Schumann, compositor alemán, nació en 1810, el mismo año que nació Frederic Chopin y un año después que naciera Félix Mendelssohn, ¡sin duda, un triunvirato del romanticismo! Intrigante personalidad la de Schumann, por decir lo menos. Dolorosamente sensible hasta la enfermedad, de ánimo oscilante, hoy se dice bipolaridad. Hacia 1830, emulaba en virtuosismo con Liszt, Chopin y Paganini, pero una lesión en su mano derecha lo obligó a cambiar su camino de intérprete hacia la composición, y para nuestra fortuna, volcó toda su música en un catálogo de obras que abarca numerosas obras para piano, cuatro sinfonías, tres conciertos, música coral, música de cámara y Lieder (canciones), en las que expresa toda la fuerza de sus sentimientos, en el más puro romanticismo. En este camino nuevo dejando atrás la vida de pianista virtuoso, — pasada la fuerte crisis nerviosa por el fallecimiento de su cuñada Rosalie y su hermano Julius el año anterior—, en 1834 creó su propia revista de crítica musical Neue Lepziger Zeitschschrift für Musik (Nueva revista de música de Lepzig), donde plasmó el ideario de defensa a las nuevas corrientes musicales, al frente de la Cofradía de David, creada por Schumann “con el fin de expresar sus opiniones estéticas, combatir a los enemigos del Arte (los Filisteos), que encuentran lugar en todas partes” y desde allí dio a conocer y exhaltó la obra de sus contemporáneos. La dirigió hasta su muerte en 1856. (Compuso precisamente… Las Danzas de los Davidsbündler y las Piezas de fantasía. Le dice en ese momento a Klara: …estarán listas en una semana; te las enviaré si quieres. En las danzas hay muchos pensamientos nupciales, fueron compuestas en la más maravillosa excitación que recuerde haber sentido. Un día te las explicaré….) A Brahms lo saludó desde sus páginas nombrándolo el “Heredero de Beethoven”. Su crítica fue considerada excéntrica, pero al paso del tiempo, es considerada una crítica visionaria. Schumann era hijo de un editor y abandonó sus estudios de Derecho por la música. Estudió entonces con el Profesor Wieck, padre de Klara, por quien esperó im/pacientemente hasta recibir la aprobación para su matrimonio: “Klara, orgullo y mejor alumna de su padre, ya extensamente aclamada desde niña, se comprometió con Schumann a los dieciocho años, pero su padre se negó con firmeza a dar su consentimiento. Le llevó a Schumann tres años de paciente espera ganar el pleito, dirimido a fin de cuentas por un tribunal”. En una carta de Schumann a su madre: …mi vida entera ha sido una batalla de veinte años entre poesía y prosa o, si lo prefieres, entre Música y Derecho… Y en una carta a Friedrick Wieck, padre de Klara:…Me mantendré en el arte, asi lo deseo, puedo y debo. No derramaré lágrimas despidiéndome de unos estudios hacia los que no sentía amor y solo escasísimo respeto: mas no es sin temor como miro adelante el largo camino que lleva a la meta que ahora me he impuesto… Respetado amigo: Tome mi mano y guíeme; seguiré a donde me deslumbre la radiantez. Quisiera que pudiese usted ver en mi corazón al presente; todo está en calma ahora, y un alba delicada y luminosa envuelve el mundo entero. Tenga confianza en mi, pues estoy dispuesto a ganar el derecho de ser llamada su discípulo…. Y en otra carta, frente a la oposición del padre de Klara, su Maestro, fecha 14 de abril de 1838: …“Es humano y nada más el que a menudo me vuelva el odio hacia él, odio tan hondo que contrasta extrañamente por cierto con mi amor por su hija. Pero ha quebrantado sus promesas tantas veces antes y seguirá repitiéndolo….en una palabra, no lo esperaré, debemos actuar nosotros mismos… Si fijamos la fecha para la Pascua de 1840 (de aquí a dos años), habrás cumplido con la demanda de tu padre de esperar otros dos años; no será cosa de poner a prueba nuestra fidelidad y resistencia: nunca te dejaré…Dame la mano, pues: de aquí a dos años es la consigna”…. De Leipzig, 1839, le dice también: …Klara, hoy he estado en el séptimo cielo. En el ensayo tocaron una sinfonía de Franz Schubert. ¡Ojalá hubieses estado ¡ Pues no te la puedo describir; todos los instrumentos eran como voces humanas, inmensamente llenas de vida e ingenio, y la instrumentación, sin importar Beethoven…y la longitud, la divina longitud, como una novela en cuatro tomos, más larga que la Novena Sinfonía. Fui enteramente dichoso sin restarme más deseo que el que fueras mi esposa y el de poder escribir sinfonías así yo mismo… -De Leipzig, también de 1839: …Déjame creerlo, que me hace feliz. Te enseñé a amar y te acerqué a mí, para que fueses la novia ideal que yo imaginaba; fuiste mi discípula más brillante, y como premio me dijiste: ¡Bueno, entonces tómame, hazme tu esposa! Quisiera continuar esta columna sin fin, por la vida , la intensidad de Schumann, su relación musical y el amor hacia Klara, la amistad con Brahms, su obra, su enfermedad hasta el delirio, todo en la humanidad de Schumann me inspira el más profundo respeto. Es muy corto el espacio para recordarlo, pero sí me alegra poder compartir con ustedes, apreciados lectores, este tributo de mi más grande admiración trayendo su Concierto en la menor para piano y orquesta op.54, interpretado por Martha. Este concierto fue estrenado el 1 de enero de 1846 en Leipzig, con Klara, su esposa, como la más brillante y conmovedora solista. [youtube width="540" height="360"]http://youtu.be/qKhU9sFSbLM[/youtube] Concierto en la menor para piano y orquesta op.54 de Robert Schumann. Solista, Martha Argerich. Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig, director: Ricardo Chailly. / Video on line. Bibliografía: -El libro de la música. Instituto Parramón Ediciones, glosario de compositores, pág.162, 65, 69 -El mundo del músico. Cartas de grandes compositores, Hans Gal, primera edición en español, 1983. Siglo XXI Editores. -Biografía-Wikipedia.-On line. Nota: la traducción de las notas del programa escritas por Dietrich Fischer-Diskau para su recital Música del Exilio, Berlin, 1987, por Martha Kovacsics, como fueron anunciadas, se publicarán con fines estrictamente didácticos, en la próxima columna, dentro de 15 dias. MSFA