¿Qué política piensa implementar para combatir y prevenir los feminicidios y la violencia intrafamiliar en Colombia? Le preguntó una Magistrada al candidato más opcionado para ser fiscal general en Colombia y Néstor Humberto Martínez contestó sin ponerse colorado: “…al criminalizarse la violencia intrafamiliar finalmente se está generando una ruptura del núcleo familiar a partir de expresiones de violencia de ocasión. Además atosigando a todo el sistema penal colombiano”.
En una sola frase dijo tres exabruptos que amenazan con echar a la basura toda la lucha de una generación en procura de la equidad para las mujeres: Que la Violencia intrafamiliar está generando una ruptura del núcleo famliar; que es una violencia de ocasión y que está atosigando el sistema penal colombiano.
Examinadas una a una, se ve la dimensión de su propuesta que no dudo en calificar como machista. El tal núcleo familiar que él pretende preservar, no existe en parejas dónde las cosas se tramitan por la violencia. Allí lo que hay es una relación enferma, dependiente y dónde la mujer lleva siempre las de perder. Además sería bueno que el doctor Martínez Neira repase las cifras de lo que es el núcleo familiar en Colombia para darse cuenta que ese modelo de familia, ese ideal, es más la excepción que la regla, en un país como el nuestro plagado de hogares con jefatura femenina, donde el hombre no aparece y lo único que aporta son sus espermatozoides para dejar preñada a la mujer y luego abandonarla.
Claro, cuando un hogar funciona de manera democrática, dando garantías y respetando los derechos de sus integrantes, es algo a preservar; pero cuando es un espacio para aprender violencia, para sufrir humillaciones, para subordinarse a los deseos de un dictadorzuelo, no es digno de mantenerse. De hogares así no sale una sociedad sana y tal vez esa sea una de las razones para que la nuestra sea una nación enferma de odios, de discriminaciones, de violencia.
La segunda afirmación ligera para ser suave en su calificación, es que la violencia intrafamiliar es de ocasión. Si, cuando la ocasión lo amerita el marido le pega a la mujer: cuando llega borracho, cuando la comida no le gusta, cuando le pide plata, cuando cree que otro hombre la mira, cuando ella no quiere tener relaciones. Siempre hay ocasión para humillar y maltratar a la mujer al interior de ese núcleo familiar que se convierte en un cerco de opresión machista.
El hombre que se ha criado en nuestra cultura considera como verdad absoluta que la violencia contra una mujer es aceptable desde la superioridad de su sexo “fuerte”. Eso lo aprendió de su papá, de sus abuelos y sobre todo de su propia madre que aceptó callada y sumisa su condición de subordinación al hombre.
La última afirmación de Néstor Humberto preocupa todavía más porque es contra evidente y no le queda bien a un jurista como es él. Dice que los casos de Violencia contra la mujer en el hogar están atosigando a la justicia. ¡Mentira! Precisamente lo que está pasando hoy es que no llegan a la justicia, que no se criminalizan porque entidades como la Fiscalía, que pretende dirigir, no se interesan, no investigan y no cogen presos a los hombres que ejercen violencia.
La justicia está atosigada de ladrones callejeros, de jíbaros, de extorsionistas, de conductores borrachos y de corruptos, pero no de hombres que le pegan a sus mujeres. La Fiscalía es la entidad que menos participa en los planes de prevención y atención de violencia en el hogar. A eso no le paran ni cinco de bolas y cuando les llega un caso lo remiten con prontitud a las Comisarías de Familia.
De manera, doctor Nestor Humberto que busque ese ahogado en otras aguas. Porque la Violencia en los hogares sigue en total impunidad y por eso es que se multiplica y muchas veces termina en el asesinato.
