Petro, ¿candidato de la guerrilla?

La visita de Gustavo Petro a La Habana dejó sobre el tapete interrogantes de lo que puede ser el próximo escenario político en elecciones presidenciales, indudablemente el ex alcalde no fue solo a saludar, está en campaña y ahora que la guerrilla se montó en el tren de la paz y se convirtió en actor político, sin pagar por sus crímenes, podría resultar atractivo un movimiento en el que converjan todas las vertientes de izquierda. Algunos dirán que Petro, después de su nefasta gestión en la alcaldía de Bogotá, es un cadáver político; basta recordar el proceso de basuras que le está costando a la ciudad alrededor de 80.000 millones de pesos, para creer que no puede aspirar ni a Edil. Yo pienso que está más vivo que nunca y puede ser actor protagónico en el debate del 2018. Las posibilidades de Petro pueden darse, si articula su campaña desde lo que domina, un estratégico discurso populista dirigido a los más débiles y necesitados, a los marginados de la nación, en el lenguaje que ellos quieren oír: igualdad de clases, aunque en la práctica sea imposible; capitalizando el descontento de la gente con el gobierno Santos, flojo en salud, seguridad, educación y muy bueno en reformas tributarias; además el ex alcalde puede aprovechar un escenario dividido entre German Vargas Lleras por el Santismo, Sergio Fajardo como independiente, Juan Lozano por el Uribismo y Martha Lucía Ramírez por los conservadores. Petro es un pésimo administrador, pero un excelente político y con su discurso aglutina masas vendiendo ilusiones, muy al estilo Chávez, recordemos lo que hacía en el balcón de la alcaldía, además podría contar con el apoyo económico de Nicolás Maduro y todo el bloque de UNASUR, al fin y al cabo, con un presidente en Colombia le haría peso a Macri, para lograr el gran sueño de una Latinoamérica dominada por la izquierda. En Bogotá aún hay mucha gente pensado que Petro es una víctima, que gobernó bien y que es un perseguido del procurador, la ultra derecha y las elites, sin detenerse a analizar sus resultados que son contundentes, para no decir que desastrosos. Los inconvenientes que puede sortear el ex alcalde son el desgaste de la guerrilla que nadie la quiere, están aprovechando el único bus que les sirve, la Colombia Humana, mientras esperan que la gente olvide sus atrocidades, saben que lanzar candidato propio sería una derrota inevitable y por eso utilizan este plan B. Otro arroyito que debe cruzar Petro es Jorge Enrique Robledo, quien tiene un gran sector del Polo y será candidato presidencial, es el único que no comulga con combinar las formas de lucha y puede dividir la izquierda. Petro está moviendo sus fichas, desde mi punto de vista es un candidato a tener en cuenta y con los problemas de salud de Vargas Lleras, que era presidente fijo, puede convertirse en el Chávez de Colombia, esperanzando a la gente con la paz, el posconflicto y el cambio. j@JACOBOSOLANOC