La cifra es importante para cualquier colombiano de a pie, el que se gana el salario mínimo, el maestro que tiene que hacer huelga para que le reajusten la prima. Pero una cifra menor frente a los presupuestos que manejan los gobiernos (en publicidad por ejemplo) y los delincuentes (en armas y coimas).
Cien millones de pesos como recompensa para quien entregue información sobre el infame atentado en el Centro Andino equivale a no tener ganas de incentivar una rápida delación. O por lo menos de buscar la verdad pronta a través de la esta vía.
Ojala que los cuerpos de inteligencia del Estado resulten eficientes, ahora que no están concentrados en las fechorías de la guerrilla de las Farc (secuestros, extorsiones, etc). Dios quiera que rápido busquen y encuentren a los responsables y los hagan pagar la afrenta contra el país entero.
El proceso de descomposición que ha vivido el país se relaciona directamente con la poca y a veces ninguna respuesta del Estado frente al crimen, de todas las calañas. Una justicia endeble y altamente corrompida, le deja a los hampones el campo abierto a crecer su industria del delito.
Sin entrar a discutir los acuerdos con las Farc –que mantienen dividido al país- lo que el Estado no se puede permitir es que otros grupos violentos pongan de rodillas al gobierno y a la nación.
Está bien que el Presidente salga en televisión, presida un consejo de seguridad (para todo hay una reunión de ese tipo, en el municipio, en el departamento, a nivel nacional). Y que ofrezca $100 millones para “estimular” la colaboración ciudadana, pero estamos lejos de sentir que el gobierno y sus autoridades nos protegen.
También es cierto que duplicar o subir la cifra en referencia no garantizan nada, pero la sensación que percibo es la de una generalizada tibieza para enfrentar a los malos que siguen acorralando al grueso de los colombianos.
¿Tenemos el Ministro de Defensa adecuado?. La inteligencia funciona para detectar a los enemigos del Estado o a los enemigos políticos?
Es evidente que se respira una marcada incertidumbre.
