Poneme ese chigüiro en mi despacho, ve

En una idea que seguramente le pareció genial a él y a sus asesores, el gobernador del Valle del Cauca, Ubeimar Delgado Blandón, ofreció asilo a los chigüiros que se mueren de sed en las llanuras resecas del Casanare. Ante la tragedia de la que nos enteramos por las impactantes imágenes de los medios, el gobernador no dudó en ofrecer las verdes vegas del Río Cauca para que vengan a pastar estos roedores en medio de la abundancia y el solaz de nuestro Valle. No tengo evidencias sobre si al gobernador alguno de estos bichos le royó las neuronas, pero en todo caso algo malo debe haber ocurrido con su cabeza para que se le escapara alguna idea, aunque fuera descabellada. Si bien, mirado a la carrera, el ofrecimiento parece salido de la más tierna entraña de un defensor de animales, la realidad es otra, se trata de una oferta oportunista, improvisada y sobre todo estúpida. Se le ocurrió cuando los noticieros no paraban de mostrar chigüiros cadavéricos y él iluminado por un destello de benevolencia dijo que le trajeran esos animales a su despacho. ¿Los chigüiros, señor gobernador? Le preguntó asustada la secretaria. No, los periodistas, voy a dar una rueda de prensa sobre un tema fundamental para el país. Contestó radiante Ubeimar. Y así lo hizo mientras ardía el Puerto de Buenaventura y él no tenía nada que ofrecerle a su propia región. A través de los medios locales y nacionales contó su oferta generosa y francamente estúpida porque no resuelve nada y si genera muchos problemas como señalo a continuación. En primer lugar no sólo se mueren de sed los chigüiros, sino también babillas, tortugas, peces, venados, vacas y de seguir la situación hasta humanos. De hecho, en otras regiones que también necesitarían ayuda como Santa Marta, quienes más están sufriendo por agua son los de esta última especie mamífera de dos patas. Entonces, ¿por qué la propuesta del gobernador excluye a los demás damnificados? ¿Será que le parecen tiernos los chigüiros pero no los lagartos? Vaya usted a saber. No dio ninguna explicación. En segundo lugar porque una importación de fauna silvestre a territorios extraños, en hábitats totalmente ajenos, puede ocasionar problemas en la fauna local y alteraciones no deseables en el ecosistema. Al Valle han llegado en otras ocasiones especies exóticas que han creado problemas serios, como fue el caso de la rana toro en los alrededores de la laguna de Sonso. Sería bueno que Ubeimar se diera una pasadita antes de concretar su oferta por Puerto Triunfo, donde los hipopótamos de Pablo Escobar tienen en aprietos a la región. El tercer lugar porque no sabemos dónde pretende alojarlos, si en el piso once de la gobernación o en el parque de la Caña o en el de la Salud, o en alguna finca de los narcos, o en los deteriorados parques de Recreavalle o en el zoológico de Cali. Ese tema logístico no le incumbe a un estadista como el señor Delgado Blandón. En cuarto lugar porque los chigüiros no están en extinción. Aunque los afecta gravemente la sequía del Casanare se reproducen tanto en libertad como en zoocriaderos y parques temáticos de los Llanos colombianos y venezolanos. En quinto lugar porque tanta generosidad no la  ha desplegado el gobernador con su propia región, en especial con el Pacífico. A Buenaventura para no ir más lejos le mandó tropa pero nada de recursos para salvar a su gente de la sequía de oportunidades y la inundación de violencia. En sexto lugar porque el departamento vive en crisis económica. El mismo Ubeimar de tanto en tanto amenaza con cerrar el Instituto de Bellas Artes, o la Biblioteca Departamental por falta de recursos y el Hospital Universitario agoniza sin que haya plata para salvarlo. Gastarse una platica en la importación de chigüiros no parece una idea ajustada a la realidad fiscal del Valle. Habrá que felicitar a este gran protector de la fauna, en especial la de su propia especie como es el caso de su hermano y su sobrino cobijados por la generosa sombra gobernador. ¡Que gran idea, Ubeimar! La sacaste del estadio como dicen los deportistas. Una vez más lograremos demostrar nuestro liderazgo. Seremos líderes de la imbecilidad, ese premio ¡no nos lo quita nadie! www.margaritalondono.com http://blogs.elespectador.com/sisifus/