Si quieres la paz …

Mar, 15/09/2015 - 14:33
Nadie en sus cinco sentidos quiere una guerra, mucho menos si no está preparado para ella. Una guerra no solo significa muerte y destrucción, también implica pobreza, subdesarrollo y efectos advers
Nadie en sus cinco sentidos quiere una guerra, mucho menos si no está preparado para ella. Una guerra no solo significa muerte y destrucción, también implica pobreza, subdesarrollo y efectos adversos durante un largo periodo de tiempo. Colombia, a pesar de haber vivido prácticamente toda su historia republicana en el conflicto y la violencia, no conoce en realidad los efectos y alcances de una guerra regular, menos una guerra con nuestro vecino Venezuela. En la columna de la semana anterior, expresé mi cariño y afecto por los hermanos venezolanos, más victimas que cómplices de una dictadura decadente y desesperada. No puedo imaginarme un conflicto fratricida entre nuestras naciones, y mucho menos por la irresponsabilidad de un hombre déspota e ignorante como lo es Maduro. No querer o no imaginarme una guerra con Venezuela, no quiere decir que no debamos estar preparados para una. Más allá de mostrar los dientes o de tener un discurso guerrerista, hay que tener un toque de realismo. Nuestro vecino dictador está desesperado. Su andamiaje económico colapsó. Venezuela no cuenta hoy con un buen aparato productivo, sus ingresos se han visto seriamente afectados por los precios del crudo, sus índices de popularidad y aceptación están por el suelo, la corrupción y las mafias del narcotráfico andan rampantes por la patria de Bolívar. Quienes ven improbable un conflicto, basados simplemente en la hipótesis de la necesidad de Maduro de ganar, aplazar o acabar las elecciones de diciembre en Venezuela, razón por la cual no pasará de bravuconadas, se equivocan. Lo que está en juego en esa fecha es más que unas simples elecciones; es el aparato de poder, la corrupción y el narcotráfico. Esto podría hacer que el problema en la frontera pase de claro a oscuro, que de amenazas y mínimas violaciones del espacio aéreo, pasemos realmente a una guerra armada. Nuestro ejército es moderno y preparado. Algunos afirman que nuestras tropas llegarían caminando a Caracas. Con la llegada de dos nuevos submarinos tendríamos buenas posibilidades en el mar, sin embargo, los poderosos aviones venezolanos podrían hacernos daño incluso sin pasar la frontera. Creo que es importante invertir, no en la guerra, pero si en la defensa. Ya lo decía Flavio Vegecio en el escrito ‘Epitoma rei militaris’ a finales del siglo IV que da vida al conocido ‘Si vis pacem, para bellum’ o “si quieres la paz, prepárate para la guerra”. «Así pues, el que desee la paz, que se prepare para la guerra. Quien quiera conseguir la victoria, que entrene a sus soldados con diligencia. Quien aspire al éxito que luche con estrategia, y no lo deje al azar. Nadie se atreve a provocar u ofender a quien ve como superior en el combate». Representante a la Cámara @sanvalgo
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