Un Secretario irresponsable

Lun, 13/08/2012 - 01:00
El Secretario de Educación de Bogotá nos quiere acostumbrar a sus equivocaciones e irresponsabilidades. Juega con la educación, el principal instrumento de igualdad social. Nos quiere amarrar conej
El Secretario de Educación de Bogotá nos quiere acostumbrar a sus equivocaciones e irresponsabilidades. Juega con la educación, el principal instrumento de igualdad social. Nos quiere amarrar conejo con el desmoste de la doble jornada escolar, paso necesario para una educación pública de calidad, sustituyéndola por actividades complementarias de dudoso impacto académico y cuya  principal virtud es entretener a los estudiantes. Para ello, a través de Compensar, adelantó en días pasados una invitación pública para contratar propuestas de una variedad de organizaciones para actividades extracurriculares en los colegios de la ciudad. También, el Secretario quiere seguir jugando con la nutrición de un millón de niños y jóvenes que asisten a nuestros colegios públicos. El pasado 23 de mayo sacó pecho con la subasta inversa que se inventó para otorgar los refrigerios a 477.000 niños y jóvenes. Dijo ante los medios de comunicación que “ratificaba la calidad y el aporte nutricional en el suministro de refrigerios escolares  mediante la modalidad de contratación a través de la Bolsa Mercantil”. Y nos restregó hasta la saciedad el ahorro de 2.800 millones de pesos “logrados” gracias al cambio en la modalidad de contratación. Pero ahora se contradice. O acepta que la subasta inversa realizada en mayo de este año afectó la calidad nutricional de los refrigerios. Menos proteínas, calorías y gramajes se aceptaron con tal de comprar más barato. Y estamos hablando del 30% del componente nutricional que reciben diariamente nuestros niños y jóvenes más pobres. Se contradice porque en la segunda subasta que acaba de realizar, al incluir dos alimentos nuevos  y aumentar el gramaje de los refrigerios, reconoce que los contratados por subasta sacrificaron la calidad nutricional por el precio. Dos alimentos nuevos y un aumento en el valor mínimo exigido de gramaje de los refrigerios para la segunda subasta, confirman las denuncias que en su momento se hicieron y que fueron negadas tercamente por la Secretaría de Educación. Solo que ahora la cosa es más grave. Le entregó de nuevo, el 8 de agosto, a la Bolsa Mercantil de Colombia 52.900 millones de pesos para contratar por subasta el suministro de 500.019 refrigerios a los estudiantes de 19 localidades de la ciudad. Y es grave porque apenas el 2 de agosto, seis días antes de la subasta anunciada con bombos y platillos por el secretario de Educación Óscar Sánchez, el diario El Espectador informó de una crisis en el mercado de valores. Crisis que la nota periodística atribuye no solo a factores externos. En medio del nerviosismo, la Superintendencia ordenó la suspensión de negociaciones por seis días hábiles en las acciones de la Bolsa Mercantil de Colombia (BMC) como “una medida preventiva de protección a los inversionistas”. Ello porque las acciones de la Bolsa Mercantil cayeron en un 77,65%. La Superintendencia le exigió a la Bolsa Mercantil que explicara a “profundidad al mercado la situación general de la empresa y las razones del fuerte movimiento bajista que tuvo en la bolsa de valores”.  Digámoslo sin tapujos: Sánchez le entrega los refrigerios de los niños y jóvenes más pobres de la ciudad a una firma en riesgo financiero. Y esa nueva irresponsabilidad es sencillamente inaceptable.
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