24 años sin justicia para Manuel Cepeda Vargas

Jue, 09/08/2018 - 13:46
Una voz ferviente de la izquierda colombiana fue silenciada hoy hace 24 años, el senador Manuel Cepeda Vargas, pilar de los movimientos comunistas alcanzó a develar el plan militar que le dio muerte
Una voz ferviente de la izquierda colombiana fue silenciada hoy hace 24 años, el senador Manuel Cepeda Vargas, pilar de los movimientos comunistas alcanzó a develar el plan militar que le dio muerte a él y otros 3.000 militantes del partido Unión Patriótica. Nació en Armenia, Quindío, el 13 de abril de 1930. Durante sus estudios en la Universidad del Cauca Cepeda empezó a simpatizar con las ideas de izquierda y se unió al Partido Comunista. Allí estuvo cerca a los que luego fundarían el M - 19. Sin embargo, él decidió permanecer en la vida civil. Fue director del Semanario Voz, el periódico insignia del pensamiento proletario y comunista del país. Desde su columna 'La flecha en blanco' publicada en este periódico hizo diversas denuncias, entre ellas los vínculos entre la cúpula militar y los grupos paramilitares. También fue representante a la Cámara a mediados de los años noventa y allí impulsó uno de los proyectos más sonados en los últimos días, el estatuto de la oposición. También la creación del Ministerio de Cultura. Luego se lanzó a la cámara y llevaba un mes en esta colectividad cuando fue asesinado por sicarios de un macabro plan genocida. [single-related post_id="922686"] Él, junto a otros dirigentes de la Unión Patriótica se reunieron en 1994 con el ministro de Defensa de Cesar Gaiviria, Rafael Pardo Rueda, para comentarle el plan llamado 'Golpe de Gracia' que ya había logrado asesinar a otros militantes y miembros del UP e iba detrás de él. De nada valió porque meses después fue asesinado. El 9 de agosto de 1994, según reconstruyó su hijo Iván Cepeda ante Juzgado Tercero Penal del Circuito Especializado, Manuel Cepeda salió al rededor de las 8:30 de la mañana rumbo al congreso en la camioneta verde que usaba siempre en compañía de un conductor y un escolta que le habían suministrado el Partido Comunista como parte de su dirigencia del partido y las amenazas recibidas. El conductor tomó la Avenida Américas hacia el Capitolio Nacional pero antes de llegar a la av. Boyacá, una camioneta tipo Luv de platón blanca los alcanzó y disparó una ráfaga por el lado derecho del vehículo. El conductor solo alcanzó a dicer "nos dieron" y sintió la cabeza de Manuel Cepeda cayendo en sus piernas muerto. Al igual que lo hizo el escolta quien dijo que iba leyendo el periódico cuando escuchó la ráfaga y tras esto descargó su arma contra la camioneta que los agredía. El carro atacante iba con dos sicarios y un conductor y continuó disparando hasta que desapareció invadiendo el andén. Pocos minutos después, Iván Cepeda, el hijo del senador, salió a su lugar de trabajo en bus y a la altura de la Av. Boyacá vio el carro de su padre siniestrado, así que se bajó y reconoció todo lo que había pasado. En el desarrollo de su caso fueron procesados dos militares, Justo Gil Zúñiga Labrador, Sargento Primero, y Hernando Medina Camacho, del mismo cargo militar del anterior, y el paramilitar dirigente de las AUC Carlos Castaño. Aún la justicia no ha identificado a los autores materiales del hecho. Con la inspiración de su padre, Iván Cepeda ha continuado la carrera parlamentaria desde la que ha denunciado constantemente a parapolíticos, violaciones de derechos humanos y apoyado los diálogos de paz con las Farc y actualmente con el ELN. En una columna publicada en el Semanario Voz, su hermana le dijo al padre "Cómo me hubiera gustado que vieras a Iván haciendo debates y siguiendo tu ejemplo de hombre íntegro y valiente".
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