Maurice Chevalier

Publicado por: admin el Lun, 03/01/2011 - 00:46
La historia de Maurice Chevalier, como la de tantas otras estrellas europeas del entretenimiento, es también la historia de las guerras mundiales, y del ascenso de la potencia mundial estadounidense.
La historia de Maurice Chevalier, como la de tantas otras estrellas europeas del entretenimiento, es también la historia de las guerras mundiales, y del ascenso de la potencia mundial estadounidense. Como tantos otros, Chevalier adquirió una relativa fama en su Francia natal a través de su participación en los vaudeville, que incluía la interpretación graciosa de baladas amorosas, su composición, y un poco de actuación ligera. El papel, por supuesto, incluía también tormentosos romances con jóvenes bailarinas y con las divas del Folies Bergére, y no estaba exento de escándalos de drogas y de fiestas. Pero como a tantas estrellas del entretenimiento, a Maurice Chavalier también le tocó la Primera Guerra Mundial, que le significó una herida en el campo de batalla y dos años como prisionero de guerra en un campo alemán. Una combinación de deudas y favores entre poderosos políticos europeos logró retornarlo sano y salvo a París, que sin embargo no estaba en condiciones de volver al agitado mundo del vaudeville y del teatro de antes, exhaustos sus habitantes. Entonces Chevalier buscó mejor suerte en la creciente industria de Hollywood, y allá fue a parar junto a tantas  otras estrellas del momento. En Hollywood conoció a George Gershwin, y aportó sus apetecidas baladas francesas a los incipientes musicales de Broadway, a los que el público americano aún no se había acostumbrado. Pero, como es sabido, el musical pronto se volvió uno de los espectáculos más queridos por la gente, y en el seno de ese éxito estuvo Maurice Chevalier. Su fama en los musicales lo llevó al cine, al que recientemente había llegado el sonido, y entonces pudo Chevalier llevar sus cantos a la gran pantalla. Protagonizó el musical de Paramount One Hour With You, que fue inmensamente popular, y a raíz de eso intentó llevar sus éxitos de vuelta a Francia, donde sin embargo lo esperaba una catástrofe peor que la que había vivido ya en carne propia. Durante la Segunda Guerra Chevalier fue invitado por los nazis a cantar en Berlín, pero él rechazó la oferta. A cambio, propuso cantarles a los prisioneros en el campo en el que él mismo había estado años antes, a cambio de la liberación de unos cuantos franceses. Este acto de humanismo, sin embargo, le costó muy caro, pues al haber tenido que hacerlo a escondidas de sus productores americanos, que lo solicitaban, levantó las más oscuras sospechas. Al concluir la guerra, Chevalier fue tildado de colaborador y su entrada a los Estados Unidos fue prohibida hasta el final del macartismo. Sin embargo, ya en la década de los cincuentas, Chevalier fue recibido nuevamente, y no ya a la experimental y joven Hollywood, sino a la industria gigante que hoy conocemos. Entonces pudo Chevalier tener varios años finales de gloria, actuando junto a las más grandes estrellas del momento. Y como tantos otros europeos radicados en Estados Unidos por una mezcla de exilio y busca de fama, pudo Chevalier cantar sus viejas baladas francesas en frente del mundo entero, y volverse viejo y rico a su casa de París a morir apaciblemente. http://www.youtube.com/watch?v=k-7ovLTdgj0