El secretario de seguridad, Aníbal Fernández de Soto, indicó que ante cualquier hecho violento, vandálico o delictivo, la policía nacional tiene la orden de intervenir y de poner a disposición de la justicia a cualquier persona que participe en estos hechos. Estas son las palabras que todos los bogotanos hemos querido escuchar de la alcaldesa Claudia López. ¿Por qué le costará tanto trabajo decirlas? ¿Por qué delega el ejercicio de la autoridad y del liderazgo que en campaña dijo tendría como primera policía de la capital? ¿Habrá algo o alguien que se lo impida?
En las palabras del secretario hay una clara línea de cómo debe ser el ejercicio de la autoridad. Esperamos que esas palabras se reflejen en acciones. La alcaldesa nunca ha dicho palabras que generen confianza y respeto a la institucionalidad en ejercicio de su autoridad como primera mandataria. El secretario indica que hará cumplir la ley ante cualquier hecho que atente contra los derechos colectivos de la ciudadanía y que protegerá los bienes públicos. Sin embargo, indicó que la intervención del ESMAD se utilizará como última instancia. Aquí debemos recordar que el acompañamiento de nuestro cuerpo antidisturbios obedece únicamente a garantizar el ejercicio libre y pacífico a protestar, a que podamos exigir mejores condiciones de forma sensata y tranquila. El escudo que llevan es para proteger a los manifestantes pacíficos, no para protegerse de ellos. ¿Cuáles son las acciones concretas que tiene el secretario para la capital? ¿Habrá un mayor despliegue de la fuerza pública? ¿Tiene la fuerza pública un respaldo claro y decidido de la alcaldía para proteger sus derechos? ¿Opinará igual que la alcaldesa frente al concepto de asistencia militar?
Para todos los bogotanos es evidente que el derecho a la protesta lo han prostituido y está infiltrado. Organizaciones “defensoras” de derechos humanos desconocen abiertamente que en los marchantes hay células guerrilleras de terrorismo urbano que buscan la confrontación directa con la fuerza pública, forzando intervenciones que dan lugar a hechos que son lamentables. Manifiestan coincidencias políticas con líderes que sólo buscan incendiar el país para venderle falsas ilusiones al pueblo. Venden una imagen ante el mundo de un Estado opresor y asesino cuando a pesar de las dificultades, dos procesos de paz nos han dejado senadores que no olvidan su pasado guerrillero y siguen incendiando instituciones, acudiendo a la milicia urbana.
Según indican algunas notas periodísticas, en informes de inteligencia, la avanzada de la “primera línea” hacia Bogotá está financiada para generar caos, evitar la instalación del nuevo periodo legislativo y del desfile militar. Difunden mensajes para afectar el transporte público, generar hurtos y afectar la infraestructura. Incluso se habla de un gran número de motos que vendría y cuyos parrilleros apoyan en la elaboración de las bombas molotov. Toda una planeación y logística que busca desestabilizar Colombia desde Bogotá.
El 20 de julio celebramos nuestra independencia, reconocemos nuestro inmenso patrimonio cultural, celebramos los aportes de poblaciones afrodescendientes, indígenas, hombres y mujeres a nuestra historia. El ejercicio de la autoridad nos debe generar condiciones de seguridad y de respeto hacia las instituciones, que esas condiciones nos permitan celebrar con el orgullo que produce izar nuestra bandera con el imponente amarillo azul y rojo, y como lo indica nuestro escudo, en libertad y orden.
Los bogotanos no queremos actitudes permisivas y de legitimación, entregando vocería política a una minoría vándala y criminal que busca cercenar el ejercicio libre de nuestros derechos. No queremos daños a nuestros bienes públicos. Queremos ir a trabajar. Queremos un ejercicio claro de la autoridad por parte de la alcaldesa, o en este caso de su secretario de seguridad. Que en el puesto de mando unificado se ejerza la autoridad con liderazgo, respeto y apoyo irrestricto con nuestra fuerza pública. Que nos permita celebrar con alegría y con mucha esperanza este 20 de julio, cuando se cumplen 211 años del grito de nuestra independencia. Los bogotanos esperamos que la administración genere condiciones de seguridad para que nos podamos movilizar y expresar de forma libre y tranquila. Sin generar odios ni resentimientos. Que se cumplan las palabras que dijo el secretario y que la alcaldesa no quiere decir. Amanecerá y veremos.