En momentos de tensión y duda la creatividad debe ser la base de todo lo que se exige y se desea. No basta con volver tendencia una necesidad o una queja, se necesita tener voluntad de escuchar al otro y de no sentirse en deuda con algo o con alguien por hacer lo correcto, de mostrar el objeto creado. Por estos días se ha manifestado la indignación de todo Colombia por la negligencia del gobierno en el manejo que se le ha dado a las vacunas, la violencia, el desempleo, y obviamente la desafortunada reforma tributaria en pleno pico de pandemia.
Afirmar que quienes marchan empeoran la situación de contagio de covid-19 en el país demuestra que lo que decide el gobierno puede ser una amenaza más agresiva que no se puede evitar en cuarentena, sino saliendo a las calles, levantando la voz. Efectivamente, hoy en día hay diferentes canales para visibilizar los excesos, expresar los juicios y las opiniones de todo el mundo, sin embargo, la acción más importante es la que beneficia a todos, de eso se trata ser creativos. Los brotes de violencia y vandalismo invalidan todo el esfuerzo que se hace para mejorar las cosas.
Las expresiones artísticas, al final, son las que asombran y trascienden como un sello que valida la causa. Ya se ha visto con tambores, cantos e imágenes, como la fotografía del diseñador Sebastián Correa en Manizales donde aparece una madre ondeando la bandera de Colombia junto a su hijo en brazos que está en silla de ruedas. Por otro lado, en Bogotá ver el baile vogue entre agentes del Esmad de tres jóvenes con atuendos vanguardistas, Pelucas y cintas de peligro cubriendo sus torso fue muy interesante. Parece como si estuvieran sobre un escenario fuertemente protegidos, frente a un público que los celebra con pasos dignos de la Película Climax , del director argentino, Gaspar Noé.