El Covid 19 está descubriendo el país que muchos no querían ver, ha desnudado un gobierno sin liderazgo, con pocos logros luego de dos años de su elección y, lo más grave, sin un plan claro de inversión, ni reformas para enfrentar el estallido social que se avecina, motivado por el incremento de las cifras de pobreza, desempleo e inseguridad, un panorama que ya se había asomado con las protestas de noviembre, en 2019.
La desigualdad en este país está llegando al límite y muchos pretenden ignorarlo; mientras los millonarios de Canadá, EE.UU y Reino Unido, deduce que para salir de este gigantesco problema hay que ser más creativos y solidarios, le piden a sus gobiernos que les incrementen los impuestos; los ricos de Colombia se quedan callados, piensan en cómo ganar más en la pandemia y, por así acaso se presenta un problema social, salir despavoridos del país, no son capaces de discernir que la sociedad como tal, requiere unidad para afrontar un momento marcado por la incertidumbre. Así como la vacuna puede salir en 1 año, como dice Duque, puede que salga en 10 años o que no llegue como ha ocurrido con el SIDA. Lo que pasa es que el Gobierno cada día se desdibuja más, escucha más a los gremios que a su propio pueblo, con un presidente timorato que no tiene claras las medidas, sobre todo económicas, para enfrentar lo que se viene: contracción de la economía al 15%, desempleo en 25%, déficit fiscal altísimo, etc. Aquí y ahora, se requiere el talante de un estadista que genere confianza y que tome decisiones; la agenda legislativa, está prácticamente fracasada; las reformas pensional y laboral, política y de justicia, no se han tramitado; el tema de la paz no puede ir peor, guerrilleros que se acogieron a la paz, por física desidia de Duque y su partido, están saliendo de los CTR para preservar sus vidas, como pasó en Ituango; solo en este año, van más de 130 líderes sociales, asesinados, ni la pandemia, ha podido frenar este desangre; sobre el narcotráfico, lo que está ocurriendo en México, con el ejército que presentó alias “El Mencho”, es solo el preludio de lo que va a pasar en Colombia, un país saturado de desocupados, sin inversión rural, será presa fácil de un negocio que sigue creciendo hasta poner en jaque a los gobiernos ¿Que irá a pasar? Nadie sabe, pero por las proyecciones, se vislumbra que mucha gente va a salir a buscar opciones en la calle, vendrán más marchas, protestas y plantones, exigiendo un compromiso claro con las necesidades a una clase política desprestigiada y corrupta que solo piensa en su propio beneficio y más parece que habitaran en universo paralelo. Duque pone de Fiscal a su amigo para que no lo investigue, pero también quiere poner de Procuradora a su ministra Margarita Cabello para blindar a su partido, el Fiscal Barbosa nombra a la esposa del Contralor y el Contralor nombra a la esposa del Fiscal, el senador Pulgar intenta transar a un juez para ayudar a sus aliados políticos, eligen como presidente del Congreso al señor Arturo Char porque pertenece a un clan poderoso que pone votos pese a que no presenta proyectos ni asiste a las sesiones. La gente está cansada de los mismos con las mismas, lo que puede desembocar en un escenario electoral perfecto para un populista inepto de derecha, estilo Bolsonaro o de Izquierda, estilo AMLO o Maduro, que radicalizaría aún más la polarización y las posiciones políticas, lo cual sería nefasto para nuestra democracia.