En la compleja red de transferencias internacionales, las remesas desempeñan un papel fundamental en la economía global, especialmente en países como Colombia, donde las contribuciones de los trabajadores en el extranjero sostienen a numerosas familias. Sin embargo, la carga financiera asociada con el envío de remesas se ha convertido en un obstáculo significativo. En el contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que buscan limitar los costos de remesas al 3% para 2030, Colombia enfrenta el desafío de hacer frente a los altos costos de las transacciones y garantizar un flujo económico sostenible.
Hoy existe una dura realidad en los costos actuales de la remesas en Colombia, según datos del Banco Mundial revelan que, en promedio, el costo global de enviar remesas es del 6.5%. Sin embargo, en Colombia, este porcentaje puede ser aún más alto, superando en algunos casos el 10%. Esta carga financiera impacta directamente en las comunidades receptoras y pone en riesgo la eficacia de las remesas como motor de desarrollo económico.
Para reducir los costos de remesas se hace necesario acciones como:
1. Promover la Competencia: La introducción de más competidores en el mercado de remesas colombiano podría ser una estrategia eficaz para reducir los costos. El Congreso debe trabajar en la creación de un entorno regulatorio que fomente la entrada de nuevos participantes y estimule la competencia.
2. Innovación Tecnológica: La adopción de tecnologías financieras puede ser una solución clave. Plataformas digitales seguras y eficientes podrían disminuir significativamente los costos operativos, haciendo que las remesas sean más asequibles para los remitentes y beneficiarios.
3. Colaboración Internacional: Establecer alianzas y acuerdos con otros países y organismos internacionales puede ser fundamental. La cooperación internacional puede ayudar a simplificar los procesos y reducir los costos asociados con las transferencias transfronterizas.
El Congreso de la República debe jugar un papel fundamental en este proceso de transformación en la manera como funciona el sistema de envío y recepción de remesas en la región. se requiere la creación de políticas que impulsen la reducción de los costos de remesas. La legislatura debe abogar por reformas que fomenten la competencia y la innovación tecnológica. Además, establecer reglamentaciones claras y efectivas es esencial para garantizar que los beneficios de la competencia se traduzcan en una disminución real de los costos para los ciudadanos.
Por otra parte los bancos tiene una responsabilidad económica con sus accionistas, pero esto no riñe con una responsabilidad social convirtiendo en agentes de cambio en esta situación.
En lugar de depender en exceso de las tarifas asociadas con las remesas, deben explorar modelos de negocio sostenibles que beneficien tanto a los clientes como al país en su conjunto. La transparencia en las tarifas y la adopción proactiva de tecnologías eficientes son pasos cruciales que los bancos deben dar para mejorar la percepción pública y fortalecer la confianza en el sistema financiero.
Reducir los costos de remesas en Colombia no solo es una meta económica, sino un imperativo ético y social. Al abordar este problema, Colombia no solo se acercará al cumplimiento de los ODS, sino que también fortalecerá la estructura económica y promoverá un desarrollo más equitativo.
El Congreso, los bancos y el sector cooperativo y solidario, como actores clave, deben asumir su responsabilidad en este proceso, recordando que el verdadero éxito radica no solo en el crecimiento financiero, sino en la mejora de la calidad de vida para todos los ciudadanos.
