Uno de los bienes más escasos de la humanidad es la atención. La gente no cuenta con tiempo suficiente para procesar todo tipo de información y datos que recibe a diario. Para dimensionar este escenario, sólo en Google se registran más de 4 millones de búsquedas por minuto.
En realidad; es un modelo de negocio. En estos tiempos de crisis se requiere con más urgencia que antes, de estrategias que permitan a muchas empresas, marcas, personas y hasta en la política, poder asomar la cabeza. Lograr la atención de la gente es un recurso invaluable. Créanme.
Es influencia pura y dura. De nada sirve tener, en el caso de cualquier emprendimiento o lanzamiento de una marca, el mejor producto o servicio posible, si pasa inadvertido ante la avalancha diaria, constante e imparable de mensajes, que ningún ser humano es capaz de procesar ni asimilar, únicamente aquellos que tengan la contundencia inequívoca: Llamar la atención.
Y el asunto no es de azar. Tampoco que los planetas confabulen para que algo sea llamativo. Existe un proceso calculado y elaborado, para captar apenas segundos de tiempo de una persona. Y la tecnología aplicada a redes como Facebook o Google, apenas por citar a dos gigantes, se encargan de ubicar los rastros que dejamos en la vida digital para identificar nuestros gustos.
Una vez nos pillan las huellas que dejamos a diario, entran grandes marcas a ofrecernos todo tipo de productos. Saben captar la atención, gracias a las pistas que dejamos esparcidas todos los días. Ese tiempo de nosotros se convierte en un gran negocio para estos buscadores de atención. Y ni regalías nos dan.
A mayor aumento de información menos tiempo para procesarla. Pero justo ahí comenzamos a dejar datos y más datos. Es una información con valor incalculable para cualquier empresa, pagan su peso en oro. Más de un desprevenido creerá que adivinan sus gustos, pero no es así, nosotros mismos entregamos esos valiosos datos. Y atrapan la atención.
La atención del público es uno de los bienes más preciados. Y es muy en serio. También de eso se preocupan y actúan al respecto las campañas políticas en tiempos electorales, ante el estallido abrumador de candidatos, sobre todo para cuerpos colegiados como Congreso, Concejo, Asamblea, la habilidad de los asesores se centra en lograr la estrategia más visible, que su asesorado tenga la recordación necesaria y haga click emocional con los electores. Son pocos los que aciertan.
Casi todo lo buscamos en internet y Google lo sabe. De allí que el posicionamiento en las búsquedas es de una importancia mayúscula para lograr la tan esquiva y deseada atención de la gente. Esa clasificación de los contenidos es cada día más indispensable para la publicidad, marketing y los políticos. Los que no lo hacen, inevitablemente van a desaparecer de la órbita de lo público. Si no te ven, es como si no existieras.
Más conocimiento sobre las personas, es tener más opciones de lograr que te presten atención. Y para eso están las estrategias SEO, contribuyen a orientar decisiones, pero también existen otras tácticas para que a tu marca, empresa o servicio, le presten atención. No se queden sin ser vistos.
La pregunta incómoda
¿Está de acuerdo con tantos referendos?