El cambio llegó con la red social de moda en el mundo: TikTok. Transformó la manera de hacer política, el video corto vertical, se puede considerar como una herramienta de activismo efectivo en la actual contienda electoral colombiana.
En esta red el discurso se simplica o para ser más preciso, se transforma en mensajes sencillos, eficaces y de fácil memorización. De ahí en adelante, aparece la empatía, para compartir y viralizar dichos contenidos. Y que se convierten en voluntad efectiva en las urnas.
Entonces TikTok, se puede calificar como una poderosa influencia de uso político. Su dosis de conexión es muy intensa, incluso los expertos advierten que es adictiva. Lo cierto es que su impacto es innegable en la coyuntura que afrontamos para elegir nuevo presidente.
Muchos no advirtieron el descomunal potencial de esta red en el marketing político. Lo primero que se debe conquistar del electorado son sus emociones y una vez logrado este propósito, el posicionamiento es irreversible y hasta imparable.
Las redes también son un espacio en la toma de decisiones electorales. Aunque un like no es un voto, es posible que la relación inmediata de empatía, se traduzca en una acción política a favor de un candidato.
Las cifras de TikTok son descomunales. Supera los 1.000 millones de usuarios activos mensuales en todo el mundo y solo en Latinoamérica, tienen conexión con esta plataforma más de 64 millones de personas. Además, con una actividad diaria superior a una hora.
No es exagerado afirmar que en TikTok se están formando las nuevas coaliciones políticas. Una vez se establezca la fidelización a una idea o candidato, se multiplican en otras opciones, como Whatsapp, Instagram y Facebook. Y nada de medios de comunicación tradicionales, por el contrario, éstos se nutren de los insumos que en la vida digital se producen.
Lo ocurrido en la presente campaña, arroja varias lecciones que no pueden ignorarse, a través de TikTok se potencia el activismo, tiene un bajo costo y genera comunidad. La batalla de los videos cortos ya comenzó.