El Tolima: no es moda, es fútbol

Administrador de empresas y periodista. Premio Nacional de periodismo SIMÓN BOLÍVAR. Galardón vida y obra “Orlando Sierra”. Alumno orgulloso de Juan Gossain, Yamit Amad, Guillermo Lema, José F Corredor y Javier Giraldo Neira. Experiencia en Radio prensa, tv, internet.

Esteban Jaramillo
Publicado por: maria.vargas el Vie, 25/02/2022 - 10:05
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Esteban Jaramillo
"Para su técnico, el juego es simpleza sin rebuscados diagramas tácticos".

Grande es el Deportes Tolima. Monopoliza la historia reciente del futbol colombiano, desde sus convicciones, la seriedad de su proyecto deportivo y sus insaciables apetitos de triunfo, para llenar lentamente de trofeos sus vitrinas.
 
Convergen su presidente Camargo y su entrenador Torres en sus objetivos, con su racional manejo del mercado, para reforzar la nómina de lujo con la que compite.
 
Su racha victoriosa viene de tiempo atrás, con un viaje placentero para sus hinchas desde lo emocional, por la contundencia de sus victorias.
 

En su plantilla no hay espacio para haraganes ni para vedettes, porque solo juegan los tenaces, los intensos, los de ritmo sostenido, los que ven la victoria como un fin. Sin discriminar entre la belleza del juego, la aplicación, el orden y el overol. Juntos Joyeros y picapiedras.
 
Para su técnico, el juego es simpleza sin rebuscados  diagramas tácticos.
 
Suavizó su humor para manejar su tribu sin exaltaciones o pérdidas de control. 
 
Su oratoria desenfrenada, sin puntos, ni comas, motivo de imitaciones hilarantes, es coherente en su contenido. 

Ha tenido la habilidad para rotar jugadores, algo que rechazaba, y para adaptarlos a su modelo de juego, el que ofrece variantes respecto a temporadas recientes. 
 
En la final de la Supercopa, ante El Deportivo Cali, nunca fue interior, porque cerró rápido la herida por la derrota en la final anterior. De ella aprendió.
 
El Cali, campeón de la Liga, se desinfló por la crisis de resultados, por la partida de futbolistas influyentes, por el bombardeo periodístico, por la intransigencia de sus hinchas y porque sus refuerzos no lo son.
 
Algo pasa que, hasta ahora, no tiene una explicación convincente. El salto de calidad desde la excelencia del título, hasta el humillante último lugar, en solo dos meses. 
 
Qué oscura razón, secuestró la ilusión de los aficionados. Qué subyace en su complejo mundo, que con versiones confusas, controversiales, se trata de maquillar.