Frente al pelotón de fusilamiento

Comunicador Social-Periodista de la Universidad Autónoma del Caribe de Barranquilla, con Maestría en Comunicación Política de la Universidad Externado de Colombia y Consultor internacional en Comunicación Parlamentaria. Columnista, escritor y convencido de la acción mediática reiterada, como método esencial del posicionamiento de marcas.

Robinson Castillo
Publicado por: maria.vargas el Mié, 27/04/2022 - 08:20
Creado Por
Robinson Castillo
"Todo apunta que con la cita en las urnas para elegir Presidente el próximo 29 de mayo, las diferencias no cesarán, lo contrario, se extenderán".

Falta un mes y la polarización crece. Todo apunta que con la cita en las urnas para elegir Presidente el próximo 29 de mayo, las diferencias no cesarán, de lo contrario, se extenderán.

El clima político del país está más extraño que nunca. Lo que más se respira es la incertidumbre. La ilusión de futuro, que es uno de los postulados que se venden en campaña, se encuentra desdibujado, lejano y hasta perdido.

La desconfianza se volvió un lugar común. Poca credibilidad, apatía, desembocan de forma irremediable en posturas tal vez, sin precedentes en la historia democrática colombiana. No hay nada predecible como en otras oportunidades para elegir al nuevo inquilino de la Casa de Nariño.

La encrucijada del electorado no es poca. Tal vez no han encontrado un paquete de propuestas que se evidencian como la gran solución a los múltiples problemas existentes. Solo se advierten ataques de un lado para otro.

Ahora bien, hace un daño considerable la poca certeza en miles de ciudadanos, sobre el destino final de su voto, tras las dudas del sistema electoral, muchos temen que no sea contabilizado de forma verídica, su decisión por alguna de las opciones del tarjetón. 

Lo anterior se podría calificar como una crisis de honestidad. Es decir, a la asfixiante polarización, es inevitable agregar este otro ingrediente nocivo y peligroso. Una nueva angustia electoral.

En cuatro semanas asistiremos a las urnas y cualquier cosa aún puede ocurrir. Lo único claro es que el fastidio está disparado, otro sector sintoniza con la rabia y tal vez la ira derrote al cansancio. En este pueblo va a pasar algo.

"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo” A lo mejor, nuestro destino invariable ya no tendrá retorno.