Sobre lo que sucedió y no sucedió el pasado domingo 13 de marzo –13M– se ha dicho de todo, pero quedaron algunos resquicios por donde podemos ver otras cosillas, como dicen las Velillas. Por ejemplo:
• Los resultados del Putin colombiano sorprendieron porque no llegaron a ser el “parto” histórico de ocho millones de votos como hace cuatro años. Algunos analistas y ciudadanos del común los daban por seguros al proyectar, con gran generosidad, las manifestaciones que encabezó en barrios y pueblos, a las que los “invitados” arribaron en lujosos autobuses, ansiosos de escuchar propuestas tentadoras y acceder a unas ricas galletas y gaseosas, y alguna “co$ita” para guardar en bolsas plásticas… Importa recordar que no pocas de las concentraciones ocurrieron cuando eventos de ese estilo estaban prohibidos por las autoridades sanitarias. El desprecio del Pacto Histórico por las normas daba para pensar que al candidato le importaban poco la salud y la vida de los movilizados. ¿La actitud le quedaría de su paso por la guerrilla que asaltó e incendió el Palacio de Justicia?
• A partir del 13M, la llamada Coalición de la Esperanza, que mutó a ‘Coalición de la Aspereza’, cambió de razón social: dejó de ser la esperanza de Santos –como fue concebida– para serlo de Petro. La cosa es muy sencilla: sus integrantes (Sergio Fajardo, Alejandro Gaviria, Juan M. Galán, Carlos Amaya y Jorge Robledo) son de un rígido talante antiuribista y antiduquista, registros que también se identifican en el Putin criollo, en sus cercanos y mingas. Por dicho motivo, si el mesías de Ciénaga de Oro pasa a la segunda vuelta y Fajardo no y Gutiérrez sí, es altamente probable que Fajardo y sus alfiles, incluido Juan Fernando Cristo, mano derecha del expresidente Santos, se adhieran a Petro, o al menos le den su voto. ¿O alguien cree que apoyarán a Fico, a quien llaman “el candidato de Uribe y Duque”? ¡Ni de fundas!
• Si en la Coalición de la Esperanza hubiera un espíritu francamente anti-petrista, es decir, anti-totalitario, por considerar que Petro sería una calamidad para el país, lo lógico, lo grande, lo noble sería que Fajardo, de no llegar a la segunda vuelta, respalde al aspirante demócrata, aunque sea el paisa Federico Gutiérrez, que en dicha ronda enfrente al dirigente de ultraizquierda. ¿O Fajardo dará libertad de voto a sus seguidores? ¿O los invitará a ver ballenas en el Pacífico? Con todo, es probable que la Coalición de la Esperanza desaparezca para siempre, sepultada con el nombre de ‘Coalición de la Pereza’, bajo la mirada llorosa y dolida de sus integrantes al haber perdido lo último que se pierde, la esperanza. Entonces dirá el coplero: No fuisteis nobles ni grandes / Y menos fuisteis patriotas. / Por eso vuestras pelotas / fueron pasto de elefantes…
• Otro escenario que se proyectó interesante, antes del 13M, fue el manejo de las ideas y propuestas por parte de los candidatos en debates, entrevistas y otros escenarios. Alejandro Gaviria estaba construyendo una buena imagen con respuestas y propuestas serias, claras, responsables, pero no venció en su grupo. Algo similar valdría para David Barguil y Enrique Peñaloza. Los tres casos ilustran que no siempre triunfa quien aparezca con un perfil competitivo inteligente. ¿Por qué, entonces, no ganaron en sus respectivos equipos? Gaviria, ¿por sus riñas con algunos de los compañeros y aceptar ciertos apoyos? Barguil, ¿por proyectar una imagen todavía frágil? Peñaloza, ¿por carecer de pulsiones que emocionaran?
• Por último, el Putin nacional ratificó su perfil culebrero, audaz, prolífico en promesas con sabor a mansiones gratis “para el pueblo”, fincas disponibles, carros como los de “los ricos”, la mejor salud del mundo, trabajadores que se vuelven dueños de las empresas, empleados que se erigen en administradores de los supermercados, plata en el bolsillo, viajes de turismo a donde van “los millonarios”, la mejor educación con Fecode y maestros cubanos, apoyo ruso para repeler la “invasión yanqui”, y cosas por el estilo. Aunque el mesías no las exprese así, se sueñan así.
INFLEXIÓN. Cabe traer esta admonición de El Príncipe: “En cualesquiera brazos en que os echéis, si os colman vuestro principal deseo, al cabo del tiempo os harán más mal que bien”. Maquiavelo emplearía hoy sus palabras al ver a colombianos que se echarían en brazos del Putin de Ciénaga de Oro ignorando que sus “galletas electorales” serán pan para hoy y hambre para mañana, sin considerar que cuando se piensa en el zapato, primero debe pensarse en el pie.