A un año de las elecciones presidenciales, son en mayo de 2026, si bien la mayoría de la gente no tiene claro por quién votar -el 82% de votantes en 4 grandes ciudades dijeron en la encuesta Polimétrica que no han definido aún, por quién votar- creo que sí tienen claro por quién NO votaría. Es una lástima que la encuestadora no efectuó la pregunta: ¿Ud. tiene claro por quién no votaría?
No creo que la mayoría voten en el 2026 para que el país siga como va.
No votarán para más de lo mismo. No votarán por más Twitter delirantes, ni por más caos, odio, corrupción, descoordinación y desgobierno, ni confrontación y radicalización. Ni más blablablá. Ni para que las cosas sigan empeorando.
Votará por otra cosa distinta a lo que hay; y en este sentido, no votarán por volver al pasado, pero tampoco por este presente petrista y caótico, sino por un futuro y una historia a contar en la que la gente quiera vivir en ella. Las mayorías optarán por un nombre de futuro. El punto, a hoy día, es que ese nombre todavía no tiene rostro, ni nombre, pero lo tendrá.
Si las mayorías tienen definido por quién no votaría, opera lo que se conoce como voto en contra o, técnicamente, partidismo negativo que en otras palabras no es otra cosa que la gente no vota por su candidato A sino contra el candidato B, para que no llegue al poder.
Ello viene ocurriendo cada vez más, y sin necesidad de segunda vuelta. En las elecciones a las alcaldías y gobernaciones, por ejemplo. Carlos Fernando Galán, el alcalde de Bogotá, capturó muchos votos anti, anti-Petro y anti-Gustavo Bolívar. Igualmente, en las presidenciales pasadas, muchos de los que votaron por Petro no votaron a favor de Petro sino en contra de alguien o algo: del uribismo o del Ingeniero Hernández y con Hernández pasó lo propio, pero al contrario, recogió el voto anti-petro.
Y ello no solo ocurre en Colombia. También pasa en Cafarnaúm. En Europa, lo que se llama el cordón sanitario es eso, es votar para evitar que la extrema derecha llegue al poder y entonces, hacen suyo, el voto útil. Es decir, votan por la lista o el candidato que pueda derrotar al adversario, a la extrema derecha. En Estado Unidos pasó lo mismo con Biden y Trump; en Argentina igual, Milei se benefició del voto en contra de Sergio Massa y así sucede en todas las democracias del mundo.
En Colombia, en el 2026, para las presidenciales, también se hará presente el voto útil: El elector, desde la primera vuelta, optará por el voto útil una vez se depure la treintena de candidatos por el fenómeno bandwagon: la competencia termina reduciéndose a 2 o 3 candidatos -el resto termina descolgándose- porque el elector acaba montándose en el vagón en que se sube la mayoría de la gente, el de los punteros.
Por lo pronto, paciencia, que esto apenas comienza y habrá muchos giros inesperados.