El gobierno del presidente Duque ha querido mostrar su compromiso con la ciencia en Colombia: en 2018, apenas nombrado en la presidencia, visitó la Academia de Ciencias, entre el 2018 y el 2019 estructuró su Plan de Desarrollo estableciendo que uno de sus pactos transversales sería la ciencia, la tecnología y la innovación, en el 2019 impulsó la Misión de Sabios que aportaría a la política del sector y al principio del 2020 puso en marcha el Ministerio de Ciencias.
Pese a que a finales del 2019, la Misión de Sabios presentó una estrategia matricial que integra a tres grandes retos: Colombia biodiversa, Colombia productiva y sostenible, y Colombia equitativa; con cinco misiones: 1) conocimiento e innovación para la equidad, 2) mejoramiento en la calidad de la educación, 3) protección del agua y mitigación del cambio climático, 4) bioeconomía y economía creativa, 5) aprovechamiento de las tecnologías convergentes e industrias 4.0; los resultados de las convocatorias públicas impulsadas por el Ministerio de Ciencias en el 2020 no parecen haber estado articuladas con esa propuesta de la Misión.
En efecto, a diciembre del 2020 vemos que durante ese año el Ministerio de Ciencias publicó 22 convocatorias abiertas por un poco más de 124 mil millones de pesos. Sin embargo, de la revisión de los objetos de cada convocatoria no se desprende claramente la relación o el impacto de esta con el esquema matricial de las recomendaciones de la Misión de Sabios. En efecto, de los 124 mil millones, cerca de 78 mil millones se destinaron a fortalecimiento de la Instituciones de Educación Superior IES. Los 46 mil millones restantes se dividen, entre otros, en inversiones en investigación en salud (18 mil millones), procesos innovadores para la adquisición de geo datos (11 mil millones), innovaciones empresariales (3 mil millones), energías sostenibles (2,7 mil millones) y apropiación de la ciencia en lo local (2,7 mil millones).
Con unos recursos tan escasos como los del Ministerio de Ciencias, resulta fundamental ser muy eficiente en la asignación de los mismos para que tengan impacto para el sector. Dado que casi el 60% de esos recursos se destinan a las IES, es válido preguntarse si no debería ser el Ministerio de Educación el encargado de enviar esos recursos a estas entidades. Lo cual permitiría impulsar las investigaciones en las 5 misiones propuestas por los Sabios. También es pertinente preguntarse qué impacto tienen las investigaciones en salud por 18 mil millones cuando la pandemia nos ha mostrado que cualquier investigación de impacto en salud cuesta mucho más de ese monto.
En ese orden de ideas, a un año de existencia del MinCiencias es necesario hacer un alto en el camino y revisar con atención las inversiones que se harán en el 2021 en el sector de ciencia, tecnología e innovación. En ese sentido recomendamos mayor articulación con las propuestas de la Misión y más divulgación de la coherencia entre la Misión y las políticas del MinCiencias. Lo anterior dado que, por la escasez de recursos en el sector, es muy relevante su asignación estratégica de forma que generen el mayor impacto posible para la comunidad científica.
Este nuevo enfoque de más cohesión entre los lineamientos de la Misión de Sabios y los resultados del MinCiencias ayudaría a que las políticas enunciadas por el alto gobierno en el Plan de Desarrollo pudieran mostrar resultados más concretos al finalizar el periodo de gobierno de Duque. Eso no sólo sería bueno para el gobierno sino para los investigadores colombianos y para sentar las bases de una política más coherente de ciencia, tecnología e innovación en nuestro país.
Si el sector de ciencia, tecnología e innovación muestra esa desarticulación a un año de existencia, es necesario analizar si fue correcta su creación. Lo anterior aunado al tímido protagonismo que tuvo frente a la oportunidad de liderar las acciones en plantear soluciones para atenuar el impacto del Covid 19. No haber usado esa oportunidad histórica para haberse posicionado como el Ministerio que promueve los cambios sociales basados en conocimiento científico, tendrá un costo para el naciente Ministerio. Por ello, la estrategia del 2021 será clave para reorientar el MinCiencias y proyectarlo como ese Misterio coherente, oportuno y efectivo con el que soñaron los Congresistas cuando lo crearon.