Juventud, Divino Tesoro… Una de las épocas más hermosas de nuestra existencia.
Podríamos escribir años y años, sobre esta etapa tan bella y a la vez tan complicada de nuestra vida. ¿Pero está la juventud siendo consecuente con la realidad del país?
En Colombia, la juventud es la etapa de la vida comprendida entre los 14 y 28 años de edad. En esta etapa la persona se encuentra en proceso de consolidación de su autonomía intelectual, física, moral, económica, social y cultural que hace parte de una comunidad política y en ese sentido ejerce su ciudadanía.
El departamento del Chocó cuenta con 544.764 habitantes, de los cuales 206.843 son jóvenes. El grupo étnico mayoritario es el afrocolombiano con un 63.09% de representatividad. Es uno de los departamentos con menor contribución a la economía del país, su participación en el PIB nacional es apenas del 0.4%. El rezago en el desarrollo departamental también se expresa con una alta tasa de desigualdad, registrando un índice Gini de 0.599.
El coeficiente Gini es el método más utilizado para medir la desigualdad salarial. Es una herramienta analítica que suele emplearse para medir la concentración de ingresos entre los habitantes de una región, en un periodo de tiempo determinado.
Según los más recientes censos del DANE, el Chocó se encuentra entre los departamentos con los más altos índices de desempleo, entre otras razones, por la falta de inversión económica y social. Situación que en los últimos años empeoró, afectando en mayor cantidad a las mujeres, pues según luego de las medidas decretadas por la pandemia de Covid-19, por cada 10 hombres que recuperaron su empleo, solo una mujer lo hizo. ¡Terrible!
Agregado a esto, la informalidad sigue siendo una de las principales fuentes de ingresos de los chocoanos. Cifras del DANE indican que, en el trimestre de abril a junio de 2021, los trabajadores que se dedicaron a esta modalidad laboral, fueron el 48.5% de la población, siendo las mujeres el 24.5% de esa cifra total. El ente estadístico nacional indicó también que el Chocó fue el departamento con el menor desempeño a nivel laboral.
En términos más claros, el departamento del Chocó empeoró en materia de empleabilidad, con respecto al año siguiente de la pandemia. (11,04% Desempleo global y un desempleo juvenil del 29,09%).
Por otra parte, el mismo análisis del DANE mostró por género que las jóvenes chocoanas tienen una menor participación en el mundo laboral, específicamente esta cifra llegó a los 30.5%, es decir, 39 mil mujeres no tienen cabida en el terreno laboral con respecto a la población masculina.
El informe preliminar del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario y la Alianza EFI, que se presentó como antesala a la conmemoración del Día Internacional de la Juventud del pasado 12 de agosto, reveló que el apoyo para la generación de empleo juvenil dentro de la estrategia Sacúdete benefició a 6.918 empleadores con un subsidio del 25% sobre un salario mínimo para cada trabajador joven adicional contratado, generando 78.448 nuevos empleos.
La baja productividad en Colombia se ha constituido en una de las principales barreras de creación de empleo y alta persistencia de la informalidad. Entre las poblaciones especialmente afectadas a causa de estos fenómenos se encuentran los jóvenes quienes, entre otros factores, acompañados por una baja tasa de graduación en áreas estratégicas del mercado laboral y una escasa experiencia, generan desajustes de emparejamiento y altos costos de oportunidad para los empleadores que desincentivan la contratación de empleo juvenil formal en el Chocó.
Cabe mencionar que entre enero y mayo de 2021, 11,5 millones de jóvenes se encontraban dentro de la población en edad de trabajar, de los cuales el 29,34% no estudiaban ni se encontraban ocupados, este porcentaje se redujo en 2,85 puntos porcentuales en 2022. No obstante, es preciso mencionar que la brecha entre hombres y mujeres ha aumentado ya que en 2021 por cada 10 hombres que no estudiaban ni se encontraban ocupados, existían 19 mujeres, ahora en 2022 serían 20 mujeres en estas condiciones.
Los resultados del análisis departamental de esta población muestran una alta heterogeneidad entre los departamentos de Colombia, existen 33,2 pp. de diferencia entre la tasa de Guaviare (11,5%) y Chocó (44,7%) que son los polos opuestos en el desempeño de esta proporción poblacional. Cuando se analizan las brechas de género, Bogotá marca la diferencia debido a que se encuentra mejor situado tanto a nivel nacional con una tasa del 22% como en equidad ya que por cada 10 hombres se encuentran 14 mujeres que no estudian ni trabajan dentro de la población en edad de trabajar de jóvenes, una de las brechas de género más bajas a nivel nacional. Por ende, se necesitan de manera imperante unas acciones regionales por estas diferencias profundas observadas y un primer indicio sería abordar brechas de género dentro de cada departamento.
Con la creación de los Consejos Municipales y Locales de Juventud, las y los jóvenes actúan como representantes, ejerciendo una labor de intermediario con la administración del ente territorial respectivo y la juventud en general a través de diversos canales como lo son las plataformas y las asambleas. Aquí quiero destacar, a Wilmer Serna, el inquieto presidente de la Plataforma de Juventudes Quibdó, el cual, aunque no se lanzó y no hace parte de estos consejos, he sido testigo de su compromiso en los diferentes procesos de empoderamiento juvenil a partir de dinámicas disruptivas. Wilmer es un joven valioso, con un poder gigantesco entre la juventud en la ciudad capital y del que muy seguramente escucharemos su nombre muy pronto en las lides político/sociales.
Pero como Wii, como se le conoce cariñosamente entre su más cercano circulo, también hay otros y otras líderes y lideresas juveniles, que vienen haciendo camino al andar y que hoy hacen parte de los Consejos juveniles como Emily Machado Bello, en Acandí, Yuber Mosquera Valois en Bahía Solano, Manuel Domínguez Mena en Bojayá, Lina López Robledo en Riosucio, o Kleidder Mosquera y Rosy Chaverra Pacheco en Quibdó. Por nombrar solo algunos.
La juventud está reclamando espacios, viene pidiendo pista hace años, paradójicamente, estas elecciones de consejos municipales de juventud se vieron empañadas por un gran abstencionismo y algunos intentos de compra de votos, que desdibujaron la real finalidad de este hermoso ejercicio democrático, el cual le apostó el ex presidente Duque, dentro de su irrestricto apoyo de poner un ladrillo en la construcción de una verdadera política pública de juventudes. Desconocer esto solo por que soplan nuevos aires “De cambio” seria ser muy…Desagradecido.
Pero mejor salgámonos de ahí, mi intención con este artículo es incentivar esa energía que disponen y gozan los menores de 18, y canalizarla de la mejor manera, para que resulte imprescindible, inevitable, inexcusable, realizar una introspección en ellos, que, de ahí, salga un ejercicio social donde converjan todos y cada uno de los que amamos este terruño.
La historia les cobrará, si siguen viviendo a espaldas de la realidad política de este país. Son ustedes los llamados a aportar con sus capacidades y potencialidades, al cierre de las brechas de desigualdad social de las regiones que habitan.
El nuevo gobierno deberá articularse con ellos, para así, lograr las sinergias efectivas dentro de las dinámicas que se requieran para un bienestar generalizado y que los jóvenes asuman una postura crítica dentro del devenir de las buenas o malas decisiones que en este nuevo gobierno surjan.
Así y solo así, podremos hablar de una democratización del poder juvenil. Ese mismo, que, en países europeos, influye de manera contundente en las iniciativas de los gobiernos y poder hacer control político veraz, objetivo e independiente a este gobierno, que tantas dudas y expectativas genera.