Otra semana de paro, otra semana de violencia desbordada y otra semana en la que el aparato productivo del país sufre una herida mortal. Durante este mes de bloqueos, la economía ha perdido cerca de COP$11 billones, el desempleo roza el 15% y no se ve una solución a la vista, ya que el comité del paro y sus auspiciadores hacen todo lo posible para no encontrar consensos.
Mucho se habla de la nueva propuesta de reforma tributaria que el Min Hacienda está estructurando y como ésta ayudaría a cubrir las demandas que no sólo el comité del paro exige, pero también los colombianos silenciosos que no marchan y que están en situación crítica. Pero ojo, esta reforma en caso de ser aprobada y ojalá así lo sea, no es la única solución al problema de cierre de brechas sociales y deudas históricas. Esta reforma básicamente será un mecanismo inicial para cubrir el déficit fiscal, fondear algunos programas sociales y sobretodo recuperar el grado de inversión.
Para poder cubrir gran parte del espectro de programas sociales, el Sistema General de Regalías juega un papel primordial y a finales de 2020 se hizo una modificación importante, donde el gobierno proyecta recursos de COP$15.4 billones que permitan a los municipios productores recibir de forma directa esos fondos, que pasaron del 11 al 25%, para el fortalecimiento de programas de salud, educación e infraestructura. A su vez, el sector tecnología aumentará la inversión del 9.4 al 10% sumado al 1% que irá enfocado para el cuidado de reservas naturales y control de deforestación.
Todo esto en conjunto con los compromisos adquiridos por el gobierno nacional de reasignar recursos para educación pública gratuita universitaria y técnica de los estratos 1,2 y 3 y que podría convertirse en política de estado siempre y cuando se consigan los fondos suficientes.
Colombia tuvo una de sus mayores bonanzas petroleras entre los años 2011 y 2014, recaudando un poco más de COP$70 billones, pero desafortunadamente esos ingresos no se vieron reflejados en el bienestar, educación, salud o protección social de los colombianos. Al contrario, la mayoría de esos recursos fueron destinados en promover una negociación de paz, sin importar que se reforzaran los cimientos de lo que hoy conocemos como el estallido social.
En lo que queda de este gobierno, el presidente Duque tiene el gran reto de cambiar la polaridad y convertir esta coyuntura de crisis social en la oportunidad de unificar al país en torno a la reactivación económica y social.
Se tiene la receta de la consecución de recursos que el Sistema General de Regalías otorga, pero no es suficiente. Más allá de la distribución de esos fondos, es necesario que la academia y la industria hagan sinergia, recogiendo los frutos que el programa de educación gratuita entregue para la formación de profesionales y técnicos, y que éstos cubran la demanda que el mercado laboral necesita.
El país requiere con urgencia personal especializado para asumir los proyectos que están en marcha (energético, transporte, agricultura, vías 4G, etc.) y los jóvenes están exigiendo ser parte activa del aparato productivo, así que, si se logra que el programa de educación gratuita conecte con la industria, el mayor beneficiado será Colombia, porque estos profesionales y técnicos no sólo podrán tener trabajos estables que les permita cubrir sus necesidades y las de sus familias sino que también ayudarán a cerrar las brechas de inequidad.
Por último, es necesario que las fuerzas vivas se unan en torno a un nuevo contrato social petrolero, permitiendo y fomentando los proyectos energéticos, y sobretodo aprovechando las oportunidades estratégicas que la industria ofrece, y que a través del Sistema General de Regalías, programas de educación, ciencia y tecnología, etc. sean el eje de la reactivación económica, creando empleos de calidad y fortaleciendo el tejido productivo de manera sostenible. Es importante recalcar que la automatización ha transformado profundamente los mercados laborales, otorgando ventajas a los trabajadores especializados, por eso es más que necesario seguir reforzando el programa de educación gratuita técnica y universitaria, incrementando la competitividad de la fuerza laboral del país.
El gobierno tiene un gran reto, el de ofrecer las herramientas que puedan ser capitalizadas en oportunidades, pero nosotros como ciudadanos, ¿que estamos haciendo para capitalizar esas oportunidades? Para exigir derechos también hay que ejercer responsabilidades. Hay que apoyar el gobierno legítimamente electo, proponer cambios en pro de la defensa de la democracia y la institucionalidad, para de esa forma crear el modelo de economía circular que permita la transformación social que el país necesita.
Nota. Felicitaciones a Egan Bernal por su triunfo en el Giro de Italia; logró darnos una bocanada de aire fresco ante tanta locura y pudimos unirnos como país en torno a cada una de sus pedaladas. Su equipo Ineos, es patrocinado por una empresa petroquímica. Me pregunto, ¿hubiera ganado Egan el Giro si su patrocinador fuera Aguacateos? Ojalá, Egan sea recibido con los honores que se merece y no digan que está matando al medio ambiente por correr en un equipo financiado por el petróleo.