…a quien dé información que permita dar con el paradero de la persona en posesión de las mejores y más innovadoras ideas y experiencias que conduzcan a sacar a Colombia del monumental atolladero en que se encuentra, y cuente con las neuronas y hormonas apropiadas para utilizarlas, al menos, en estos 30 escenarios:
● Reducir drásticamente la inequidad y la desesperanza en el pueblo colombiano.
● Crear y estimular la creación y continuidad de millones de empleos.
● Propiciar incansablemente el bienestar de la sociedad en alianza con la empresa privada.
● Concebir y desarrollar una novedosa política de seguridad social.
● Elaborar proyectos viables y sostenibles de vivienda digna para los desfavorecidos.
● Impulsar una concepción futurista de la educación pública en todos sus grados.
● Atender las carencias y los anhelos razonables de la población más desprotegida.
● Realizar programas de gran alcance en favor de la niñez y la juventud.
● Dar a luz planes ambiciosos que resalten la dignidad de las minorías.
● Gestionar exitosamente las necesidades y potencialidades del campo.
● Estimular el aporte de la mujer en todos los segmentos de nuestro progreso.
● Asumir un compromiso inalienable y productivo con la llamada ‘economía naranja’.
● Impulsar al máximo el desarrollo de la ciencia, la tecnología, el arte, la cultura, el deporte y otras disciplinas que sumen hacia una sociedad progresista y feliz.
● Comprometerse a fondo con las exigencias del medio ambiente y el cambio climático.
● Tener claras las opciones y limitaciones respecto de la conservación y la explotación inteligentes de los recursos y bienes naturales.
● Rediseñar el Estado y sus instituciones en busca de un desempeño ágil y efectivo.
● Ejecutar una audaz y fructífera concepción de nuestras relaciones internacionales.
● Regir la teoría y la práctica de las finanzas públicas con los principios más apropiados.
● Adelantar una política monetaria que sea una aliada útil en el desarrollo nacional.
● Implementar una moderna, inteligente y conveniente política fiscal.
● Garantizar las libertades y los derechos consagrados en la Constitución.
● Asegurar la compatibilidad entre el usufructo de los derechos individuales y los colectivos.
● Adoptar un proceso limpio de selección de quienes ocupen los cargos públicos.
● Fortalecer, como nunca, las Fuerzas Militares, la Policía, los entes de inteligencia, contrainteligencia y otros frentes que aseguren la libertad, el orden y las instituciones.
● Cortar, de una vez por todas, la terrible inseguridad en campos y ciudades.
● Establecer medidas que eviten una justicia blandengue y sumisa ante la delincuencia.
● Reformar radicalmente el sistema penitenciario en beneficio de la sociedad.
● Perseguir intensamente los cultivos criminales, el narcotráfico, la minería ilegal y otras prácticas delincuenciales, y a las organizaciones comprometidas en todo ello.
● Adelantar una constante y aplastante campaña contra la corrupción, acompañada de una reforma constitucional que permita aplicar la cadena perpetua y la pena de muerte en casos imperdonables de inmensa gravedad.
● Jugársela a fondo por una paz sólida, inteligente y realista, fruto de un Estado y unos gobiernos idóneos en armonía con los anhelos sociales.
Quienes se pongan en el plan de dar pistas para hallar a la persona buscada, con seguridad se toparán –gajes del oficio– con aspirantes que gritan “¡Soy el mejor, todo el país lo sabe!”, como lo hacía, embriagado de grandeza, Muhammad Ali (1942-2016), campeón mundial de los pesos pesados, antes, durante y después de sus combates.
Preguntará alguien: ¿De qué recompensa hablamos? Muy simple: de la que, desde la presidencia de Colombia, nos garantice quien gane en 2022 con ideas como las 30 recordadas y otras. Ni más ni menos.
INFLEXIÓN. Eso sí, estoy con quienes sugieran no buscar al personaje por los lados de los petros y las petras. Se encontrarán con una Cuba modelo 2022.
Por: Ignacio Arizmendi
18/09/2021