La pandemia lo cambió todo. Y el Congreso de la República no fue la excepción. Le correspondió adaptarse a los desafíos que impuso la cuarentena estricta a finales de marzo y lo lograron. No fueron esquivos sino decisivos. En vez de curul, zoom. Pero legislaron.
A la legislatura que recién finalizó, no se le puede medir como en años anteriores, porque este año fue único y adverso. Y ante la adversidad, cargada de afectación económica sin precedentes en diferentes sectores de la sociedad, el paquete de proyectos que aprobaron los congresistas, era el que se necesitaba.
Ante la incertidumbre, la gente prefiere la vacuna, en lugar de reclamar reformas, que bien pueden esperar otros meses. Lo importante es preservar la seguridad sanitaria de la sociedad, en eso está todo el mundo y nosotros no podíamos darle la espalda a una realidad incómoda y apabullante. Y allí el Congreso cumplió.
La agenda legislativa se transformó. Ni siquiera con oráculos, se sospechaba lo que vendría al concluir el primer trimestre de este año. Todos los cálculos políticos se desbordaron, nada era como se pensaba. Y frente a lo inesperado, las prioridades se ajustaron.
¿Se imaginan si no se hubiera aprobado una sola ley para enfrentar la pandemia? La arquitectura institucional se habría derrumbado, las críticas aún persistirían. Contrario a ese escenario ficticio, apareció el pragmatismo, la coherencia y la corresponsabilidad con la gente más golpeada por la pandemia. Se hizo la tarea.
Se innovó en la toma de decisiones. Nunca antes el Congreso de la República había aprobado proyectos de ley o adelantado debates de control político de manera virtual o semi presencial. Fue algo inesperado, pero se reacomodó la cultura parlamentaria y se avanzó a la nueva realidad legislativa. Se aprendió y mucho.
Hasta las estadísticas se incrementaron. En el pasado, el Congreso enfatizaba sus sesiones los días martes y miércoles. Ese ritmo cambió y se intensificó, de acuerdo con las cifras entregadas por Gregorio Eljach, Secretario General del Senado, en esta Corporación se adelantaron 42 plenarias y 2 Congreso Plenos, mientras que Jorge Mantilla, Secretario General de la Cámara de Representantes, reveló que fueron 90 plenarias. A más virtualidad, mayor trabajo.
Siempre habrá frentes por mejorar. El micrófono abierto le jugó en contra a más de uno. Pero eso justamente convirtió al legislativo en una entidad más vigilada por la ciudadanía. El congresista debe poner la cara.
Lo que se presentó fue una gran oportunidad. Para ampliar y mejorar todos los canales de comunicación y acercamiento con la gente. Esto permitirá generar más confianza, participación y hasta mejores leyes. ¿Qué haría falta? Voluntad.
En definitiva, este Congreso se sometió a una circunstancia inédita, sacó adelante un paquete de proyectos urgentes frente a la pandemia. Y lo anterior le otorga el rótulo de legislatura histórica.
La tecnología de ninguna manera va a reemplazar a los senadores y representantes, pero los que no se adapten o no utilicen de forma efectiva y asertiva la tecnología, serán reemplazados por aquellos que sí. Cambiamos o nos cambian, dijo alguna vez un senador.
LA PREGUNTA INCÓMODA
¿El nuevo Director de la Policía Nacional General Jorge Luis Vargas, es de la línea del ex pdte Santos?