Terelinda: un poema para la amorosa y tierna Teresa

Publicado por: david.palencia el Mié, 29/12/2021 - 07:26
Creado Por
Armando Martí
En medio de este difícil año que termina, he querido hacer un alto en el camino y ofrecer un sencillo poema al amor más grande que habita en todos los seres humanos: el de la madre.

El tiempo pasa de forma inexorable y hoy quiero detener mi carrera para valorar aquellas cosas que en realidad son importantes y le dan sentido a la existencia. 

Por eso, lo primero que emerge de mi corazón es reconocerte y agradecerte todo el apoyo incondicional que durante toda la vida me has brindado y expresarte en este nuevo año 2022 con sencillas palabras lo que eres para mí: 

Terelinda, eres el abrazo de Dios, una calle de piedras y ventanas con flores…Un manzano rojo en otoño, el mar con seis azules. Las dos y treinta de la madrugada recordando tus consejos. 

Eres un colibrí verde con alas plateadas. El asombro de vivir, la alegría de oírte entrar a mi apartamento a visitarme. Un rosario en tus manos, el olor del café con panes calientes y naranjas o mandarinas frescas…

Terelinda: un poema para la amorosa y tierna Teresa” en la voz del Terapeuta y Coach de Vida Armando Martí© para la sección Konciencia KienyKe.com. Escúchalo, disfrútalo y compártelo:

El milagro de sentirte viva un día más y poder respirar sin angustia, soñando y despertando tranquilo, al saber que allí estás. Eres, un campo colmado de trigo, unas colinas bañadas por el sol, un caballo negro y libre. Un perfume a “Opium”.

La amiga más leal, la cómplice irreemplazable, la voz más arrulladora, las manos más cálidas. Mi gestora y formadora. Una estupenda película de comedia, tragedia y valores…

El amor servido en alimentos. Esa mesa amable conteniendo sopas, tortas, postres, jugos, regalos y también renuncias. Eres un alma amorosa y por eso estás en mis libros, mis apuntes y mis reflexiones. 

En los objetos que en silencio me acompañan. Un cenicero, un bastón, mucha fotografías, la fuente de mi patio, el susurro del viento y en cada Estación de Vivaldi, esas bellas melodías que me llenan de paz y alegría. Terelinda un nombre con el eco de mil voces en el cielo proclamando: ¡Hijos míos! …

Unos ojos profundos y serenos. Algunas lágrimas francas que me liberan para recibir un rayo rosado de amor disparado directo desde tu corazón que hace blanco en el mío y lo alienta, sana y fortifica. 

Un atardecer … un amanecer y un nuevo comienzo. Mil anécdotas, cien relatos, diez historias para recordar y sonreír. Y, también a veces, un miedo inmenso de que me faltes…

Un domingo o un lunes sin tu presencia, dolor inmenso de una posible ausencia, aliviado con la esperanza de gozar juntos la eternidad en familia … por fin en familia. 

Hoy gozo del mayor premio que me regala el Universo, representado en mi madre, la amorosa y tierna Teresa.

Una joya, un tesoro, un beso de Jesús guardado en una cajita hermosa, que es su alma …Que me hace feliz y que yo ¡Adoro!

Por: Armando Martí