El pequeño Antony, de tres años, desapareció de su casa el pasado sábado en horas de la tarde. Vivía en una humilde casa en el municipio de Simití, al sur del departamento de Bolívar. Veinticuatro horas después de su misteriosa desaparición su cadáver fue hallado flotando en las aguas del pantano de los Espantos. Lea también Alias Desalmado: “Una fuerza sobrenatural me llevó a cometer el crimen”.
Minutos más tarde, en medio del dolor y la romería de la gente, familiares y autoridades confirmaron que el cuerpo era el del niño. Estaba semidesnudo. Su pantalón fue encontrado bajo un árbol, a pocos metros de donde encontraron el cuerpo enredado en un zarzal de espinas.
Las primeras versiones que se tejieron frente al hecho hablaban de un terrible accidente. Creían que el menor había caído al agua después de correr detrás un balón. Las autoridades forenses determinaron que Antony había sido asesinado por asfixia mecánica. En su cuerpo hallaron rastros de abuso sexual. Lea también: En juego de ‘ruleta rusa’ así un joven mató a su mamá.
Dos días después, cuando en el pueblo se estaba llevando a cabo el funeral del niño, un hombre se acercó al puesto de policía y dijo saber quién había violado, asesinado y arrojado al pantano de los Espantos a Antony. El hombre dijo que el criminal era familiar suyo.
El presunto asesino fue identificado como Devinson Castillo Trespalacios, un vecino de la zona, de 41 años de edad. Horas más tarde agentes de Sijin de la policía llegaron a su casa para arrestar al hombre, que no opuso resistencia.
Ante la presión policíaca Castillo terminó por confesar su autoría en los hechos. Según lo narraron las pocas personas que lo escucharon, su testimonio fue frío y sobretodo aterrador.
El hombre narró que días antes había trabajado en ganarse la confianza del pequeño, regalándole dulces, juguetes y dinero. En un par de días lo consiguió. Lea también: Mujer envenenó a su hijo para ganar la compasión de sus seguidores virtuales.
En la tarde del pasado sábado el hombre se llevó al niño hacia su casa y allí abusó de él. Le narró a las autoridades que su intensión no era asesinarlo, simplemente violarlo; pero que los gritos y el llanto del pequeño Antony lo llevaron, según él, a golpearlo y a apretarle tanto la garganta que terminó por quitarle la vida.
Según la prensa local, el hombre dijo, sin la mayor muestra de remordimiento, que aunque sabía que el niño había muerto en sus manos mientras abusaba de él, siguió abusando del cuerpo.
Castillo ocultó el cadáver en su vivienda y para que nadie lo viera esperó hasta las horas de la noche para sacarlo de allí y dejarlo en el pantano. Al parecer su intención era que la corriente de las aguas del Espanto se lo llevaran lejos pero el espinoso zarzal atrapó su cuerpo para que la verdad y la justicia no se fueran río abajo.
Ante la presión policíaca Castillo terminó por confesar su autoría en los hechos. Según lo narraron las pocas personas que lo escucharon, su testimonio fue frío y sobretodo aterrador.
El hombre narró que días antes había trabajado en ganarse la confianza del pequeño, regalándole dulces, juguetes y dinero. En un par de días lo consiguió. Lea también: Mujer envenenó a su hijo para ganar la compasión de sus seguidores virtuales.
En la tarde del pasado sábado el hombre se llevó al niño hacia su casa y allí abusó de él. Le narró a las autoridades que su intensión no era asesinarlo, simplemente violarlo; pero que los gritos y el llanto del pequeño Antony lo llevaron, según él, a golpearlo y a apretarle tanto la garganta que terminó por quitarle la vida.
Según la prensa local, el hombre dijo, sin la mayor muestra de remordimiento, que aunque sabía que el niño había muerto en sus manos mientras abusaba de él, siguió abusando del cuerpo.
Castillo ocultó el cadáver en su vivienda y para que nadie lo viera esperó hasta las horas de la noche para sacarlo de allí y dejarlo en el pantano. Al parecer su intención era que la corriente de las aguas del Espanto se lo llevaran lejos pero el espinoso zarzal atrapó su cuerpo para que la verdad y la justicia no se fueran río abajo.
