“¡Ya no me pegue más!, ¡ya no me pegues más!” La súplica de Daniel Alejandro Romero Sánchez, de 11 años, la escucharon con claridad Nelsy Espitia, la vecina del piso de arriba; Miriam Londoño, la mamá de Nelsy, y otras personas de esa calle estrecha del barrio La Riviera, al occidente de Bogotá.
En la mañana de ese sábado 25 de enero en el inquilinato de tres pisos, ubicado en la carrera 112 Bis No 70C-49, comenzó el drama que acabó con la vida de Daniel Alejandro. Las agresiones contra el niño, por parte de su padre, Jhon Romero, eran pan de cada día desde hacía tres meses, contó Nelsy ante la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía General de La Nación. Varios vecinos también escucharon las palizas.
-“Cómo padeció ese niño, qué duro ser testigo de un caso tan inhumano”, recuerda abrumada Espitia, la vecina del segundo piso que recuerda a Daniel Alejandro como una “buena persona, educadito, muy respetuoso y servicial, pero aterrorizado a golpes”.
De acuerdo con diferentes versiones, Romero Sánchez era un niño desesperado por las agresiones que recibía por parte de su padre. Las golpizas llevaron a Nelsy a hacer una denuncia al teléfono del Grupo de Infancia y Adolescencia de la Policía Nacional.
El último día de Daniel queda descrito en el relato de varios de sus vecinos, en particular de Nelsy:
“Como a las 6 de la mañana llegó a esta casa el papá, prendió el equipo de sonido a todo volumen y empezó a escuchar regetón”, dice. “Estaba borracho y gritaba vulgaridades no se sabe por qué”.
Entrada la mañana, comenzaron a escucharse los gritos de Daniel Romero, el hijo. En la casa estaban cuatro personas: el niño, su mamá, Adriana Sánchez; su tío, el menor Andrés Romero, de 13 años, hermano del supuesto victimario; y el inculpado, Jhon Romero, de 31 años. Ocupaban la primera planta de la casa situada en ese populoso sector de Bogotá.
“Como a las 10 de la mañana se escucharon golpes, agresiones y se oía a Daniel implorar que no le pegaran más”. Mientras tanto la música seguía escuchándose a todo volumen. Nelsy, desesperada, decidió salir hacia las 4 de la tarde junto con su esposo rumbo al parque que está detrás de la casa para escapar el ruido. Allí hablaron de lo difícil que era vivir en esa casa por cuenta del vecino.
Pasadas las 5 de la tarde, uno de los tres hijos de la mujer llegó corriendo al parque y le dijo:
-“¡Mamita, a Daniel lo mataron!”
-¿Cómo papito?
-“Que a Daniel lo mataron”.
La pareja de esposos corrió a la casa. Cuando llegaron vieron a Ándrés Romero, el hermano de John, en la entrada del garaje, la puerta del primer piso.
-“¡¿Qué pasó, Andrés?! ¡¿Qué pasó?!”, la mujer preguntó desesperada. El menor, con pelos y señales, le dijo que su hermano había alzado a Daniel y lo había tirado varias veces contra el piso. “Me dijo que lo levantaba y lo azotaba contra el piso”. El relato asombró a la mujer que no daba crédito a lo que escuchaba.
-“¿Y el niño?”
-“Se lo llevaron”, respondió Andrés, que también había sido golpeado. La causa de la agresión se desconoce.
El reporte de las autoridades señala que Daniel Romero fue llevado por el propio padre al Hospital de Engativá, donde nada pudieron hacer por salvarle la vida. La tarde del lunes el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses indicó que el menor presentaba “trauma craneoencefálico severo causados con arma contundente y múltiples golpes”.
A la izquierda, de azul, Adriana Sánchez, la mamá del niño. A la derecha, Daniel Alejandro Romero Sánchez
Un dato revelador es que Andrés Romero le contó con pelos y señales a Nelsy Espitia lo sucedido: Daniel fue desnudado, al final, su padre, asustado por la gravedad de los golpes, lo puso bajo la ducha para que reaccionara. “Pero él estaba ido, casi muriéndose”, dijo Andrés.
Una vecina cuenta que Jhon culpó a Adriana de la situación: “Si ve vieja hij… fue su culpa…”
Andrés le dijo a Nelsy que Jhon Romero le colocó una cobija al menor y salió a buscar un carro para que los llevara al hospital. Espitia le preguntó al niño por qué él también estaba golpeado. “Nos daba duro a los dos pero a Daniel más”.
De acuerdo con Espitia esta versión fue cambiada por el menor después de que habló con su hermano. “Él me dijo todo en la puerta, pero cuando llegó la gente del CTI (Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía General de La Nación) a ellos les dijo otra cosa.”
“Él cambió lo que me dijo a mí, le pregunté después de que nos alejamos de ellos (los agentes) el por qué no había dicho la verdad y me dijo que no quería meter en problemas a nadie”.
“¿Por qué no dijo la verdad, Andrés?”
-“No, yo se las voy a decir, se las digo pero después”, dijo el menor bastante confundido por lo sucedido.
Nelsy se pregunta si “quedará esto impune como siempre." "A mí no me contaron lo que le pasó al pobrecito de Daniel, ¡yo viví su asesinato!”, “¡lo viví y lo sufro!" remató.
Para Nelsy Espitia y varios de los vecinos consultados por KienyKe.com la versión del tío de la víctima ha variado en distintas ocasiones. Piensan que Andrés pretende salvar a su hermano mayor“. Una fuente indicó que Jhon Romero tendría la tutela de su hermano menor ya que recientemente habría muerto la mamá de ambos.
De momento no se ha confirmado orden de captura para el padre. La madre se muestra compungida por los hechos.
Ella escuchó cómo el padre habría asesinado a su hijo
Mar, 28/01/2014 - 15:07
“¡Ya no me pegue más!, ¡ya no me pegues más!” La súplica de Daniel Alejandro Romero Sánchez, de 11 años, la escucharon con claridad Nelsy Espitia, la vecina del piso de arriba; Miriam Londo