Imputaron a expresidentes de Reficar por contrato irregular
Los expresidentes de Reficar Orlando José Cabrales y Felipe Castilla podrán ser reconocidos a partir de ahora como imputados.
En la mañana de este 12 de junio se desarrolló la audiencia en la c
Los expresidentes de Reficar Orlando José Cabrales y Felipe Castilla podrán ser reconocidos a partir de ahora como imputados.
En la mañana de este 12 de junio se desarrolló la audiencia en la cual la Fiscalía General de la Nación señaló oficialmente a estos exdirectivos como presuntos responsables de haber entregado "a dedo" un millonario contratos del proyecto.
En el proceso realizado en los juzgados de Paloquemao, en Bogotá, los dos procesados recibieron los cargos por el delito de contratación sin requisitos legales.
Las acusaciones
La compañía extranjera Foster Wheeler & Process Consultant recibió un contrato que tenía como fin gerenciar y administrar la refinería de Cartagena, que tuvo un millonario sobrecosto.
El valor del convenio, suscrito entre abril y noviembre de 2009, fue de 95 millones de dólares.
El problema para el ente investigativo estuvo en que en ningún momento se realizó un concurso público que permitiera a otras empresas participar de la licitación.
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Con esto, según la Fiscalía, se omitió una "selección objetiva del contratista y la participación de otras compañías que podrían haber acreditado el perfil y la experiencia".
Los imputados
Felipe Castilla estuvo en la presidencia de Reficar entre abril y octubre de 2009, período en el que se tramitó el contrato. Orlando Cabrales fue sucesor de Castilla y se mantuvo en su puesto hasta noviembre de 2012.
Entre ambos periodos se realizó la tramitación y celebración del contrato con la compañía extranjera.
Ninguno de los dos imputados aceptaron los cargos formulados por la Fiscalía.
Las irregularidades en esta adjudicación se identificaron luego de las investigaciones efectuadas después de encontrar el del escándalo de corrupción en la refinería.
Según comentó la Contraloría en su momento, el Estado colombiano terminó pagando 17 billones de pesos más por la construcción de esta obra en la que se pagaron altas bonificaciones y se celebraron otros contratos irregulares.