Las hermanas Raya y Sakina fueron las primeras mujeres en ser ejecutadas en el Egipto moderno. A principios del siglo 20, ambas, junto con sus maridos, manejaban una red de prostitución en la ciudad de Alejandría y además se dedicaban a matar mujeres para robarles joyas y dinero. Las hermanas convencían a sus víctimas de que las acompañaran a una casa donde sus maridos las estrangulaban, las robaban y luego las enterraban bajo la construcción. Cuando fueron encontrados unos restos humanos que fueron imposibles de reconocer, la investigación llevó a la policía hasta las hermanas que fueron juzgadas y recibieron la pena de muerte.
La francesa Jeanne Weber nació en 1874 y tuvo tres hijos a los cuales estranguló. También estranguló a dos de sus sobrinos, uno de los cuales fue dejado a su cuidado mientras la madre y otra tía salieron de compras. Cuando volvieron se encontraron a Jeanne sobre el niño de 10 años que había dejado de respirar, ambas mujeres declararían que cuando la vieron, Weber tenía “cara de loca”. Se le acusó de estrangular a diez niños y bebés, pero fue absuelta y puesta en libertad. Como consecuencia, Weber volvió a trabajar como niñera y mató a dos niños más. En 1908 un padre la encontró estrangulando a su hijo de diez años y debió pegarle tres puños para detener a la mujer que seguía estrangulando el cadáver del niño. Entonces fue declarada loca, encerrada y se ahorcó dos años después.
No se ha podido establecer si Vera Renczi nació en Rumania o en Hungría, pero se dice que hacía parte de una familia muy adinerada y poderosa, y que desde niña era muy consentida, posesiva, celosa, y comenzó a tener relaciones con hombres mucho mayores desde que tenía 15 años, a principios del siglo 20. Se casó con un hombre de negocios, padre de su hijo Lorenzo, a quien envenenó cuando sospechó que éste le era infiel. Su segundo marido también desapareció y desde entonces Renczi decidió que había tenido suficientes matrimonios. Sus novios, algunos casados, comenzaron a desaparecer, y no fue hasta que una esposa celosa denunció a Renczi. Las autoridades entraron a su casa y encontraron 32 cadáveres masculinos en avanzado estado de descomposición, cada uno en su propio ataúd. La mujer confesó haberlos matado a todos y también a su hijo Lorenzo. Fue sentenciada a cadena perpetua y murió de una hemorragia en el cerebro.
Jane Toppan nació en Estados Unidos a principios del siglo 19 en un hogar destruido, por lo que fue criada en orfanatos de escasos recursos. Estudió enfermería y desarrolló un macabro interés por las fotografías de autopsias. Cuando se graduó comenzó a atender pacientes y descubrió el intenso placer que le causaba drogar a sus pacientes hasta el punto que debiera reanimarlos para luego terminar de matarlos. En muchas ocasiones, mientras sus víctimas estaban inconscientes, Toppan se metía en sus camas y abusaba de ellos sexualmente. A pesar de haber confesado matar a 31 personas, fue condenada por 11 asesinatos y declarada mentalmente inestable, por lo que pasó el resto de su vida en un sanatorio psiquiátrico.
La Condesa Elizabeth Báthory, que nació a mediados del siglo 16 en lo que hoy es Eslovaquia, es considerada como uno de los elementos inspiradores de Bram Stoker para Drácula. La condesa creía que la aplicación de sangre de jóvenes mujeres sobre su piel la mantendría joven y con una piel impecable. A veces obligaba a sus criadas a que le lamieran la sangre de su cuerpo desnudo. Lograba que las mujeres llegaran hasta su castillo prometiéndoles trabajo y luego las desaparecía. Cuando acabó con las jóvenes continuó asesinando mujeres de mayor edad. Se cree que Ferenc Nádasdy, su marido, fue cómplice de sus crímenes y quien le regaló el castillo donde torturaba y mataba a sus víctimas.
Aileen Wuornos, nacida en 1956 en el estado de Michigan, EE.UU., comenzó a acumular ira contra la sociedad y los hombres desde que era una niña y fue abusada sexualmente por un familiar y luego abandonada. En contra de su voluntad, comenzó a tener experiencias sexuales desde los 13 años, cuando quedó embarazada y debió dar al bebé en adopción. Luego se casó con un hombre de 70 años al que maltrató hasta que él llamó a la policía. Luego Wuornos comenzó una relación con una lesbiana al tiempo que se prostituía en las carreteras cercanas a la casa que compartía con su pareja. Uno de sus clientes, asegura Wuornos, la violó sádicamente y ella lo mató defendiéndose. Sin embargo las autoridades nunca le creyeron y a esa víctima le sumaron otros siete hombres del estado de Florida. Fue encontrada culpable y ejecutada.
El caso de Andrea Yates es diferente. Tenía cinco hijos con su marido, un pastor de una iglesia. Sus médicos y su esposo sabían que estaba padeciendo una terrible depresión y psicosis posparto. Su marido, a pesar de haber sido advertido de que no debía dejar a su mujer sola con sus hijos, hizo caso omiso a las recomendaciones de los doctores de Yates pues no quería que su esposa dependiera de alguien más para criar a sus hijos. El único día en que la mujer no estuvo acompañada de algún ayudante ahogó a sus cinco hijos, uno por uno, en la bañera de la casa en el transcurso de una hora. Luego llamó a la línea de emergencias y confesó lo que acababa de hacer. Cuando fue entrevistada por la policía confesó haberlo hecho porque consideraba que por sus propios pecados, sus hijos no eran buenos. Fue declarada mentalmente inestable y encarcelada en una institución mental.
Diane Downs decidió matar a sus tres hijos cuando su amante dejó muy en claro que la relación de ambos no evolucionaría pues sus hijos eran un impedimento para ello. Una noche de mayo de 1983, Downs sacó a los tres niños de su primer matrimonio, Christie (8 años), Cheryl (7 años) y Danny (3 años) a dar una vuelta en su automóvil y les disparó a todos. Luego manejó con el carro lleno de sangre hasta un hospital donde también se hizo tratar un disparo en el antebrazo y dijo que habían sido atacados por un hombre desconocido. Las autoridades desconfiaron de su declaración de inmediato pues su herida no concordaba con su testimonio sobre lo ocurrido. Cheryl murió de inmediato, Danny quedó paralizado de la cintura para abajo y Christie quedó con problemas en el habla y medio cuerpo paralizado, y fue ella quien fue testigo del crimen en un juzgado e identificó a su madre como la persona que les disparó. Pocos días antes de entrar a la cárcel Downs tuvo una hija que fue dada en adopción, y Danny y Cheryl fueron adoptados por uno de los fiscales del juicio. Aún hoy en día Down insiste en que es inocente, a pesar de haber sido identificada por su propia hija como la persona que les disparó.
Mujeres que descuartizan
Sáb, 28/12/2013 - 04:55
Las hermanas Raya y Sakina fueron las primeras mujeres en ser ejecutadas en el Egipto moderno. A principios del siglo 20, ambas, junto con sus maridos, manejaban una red de prostitución en la