Desde la separación de Yugoslavia, son varias las naciones que han destacado en el fútbol gracias a su legado. Bosnia y Herzegovina es el más reciente país en alcanzar la clasificación a una Copa del Mundo, con una legión de jugadores que pueden llevar al conjunto balcánico a convertirse en una auténtica sorpresa.
Así llegó al mundial
La suerte acompañó a Bosnia desde el inicio y el grupo en el que compitió no tuvo un rival de los denominados grandes de Europa. El enemigo más encumbrado fue Grecia, protagonizando un cabeza a cabeza contra los helénicos al final. En un empate ten 25 puntos, la diferencia fue el triunfo conseguido en el duelo directo Bosnia-Grecia, por lo que clasificó al torneo en Brasil de manera directa.
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El plantel
Varios jugadores de gran talento son el sustento del equipo bosnio que sabe que con protagonistas de gran nivel, la competitividad está garantizada. El líder es Edin Dzeko, atacante de Manchester City que en Inglaterra y antes en la Bundesliga, consiguió nivel de talla mundial. También en la Premier League está el guardameta Asmir Begovic (Stoke).
La joya después de Dzeko es el volante de Roma, Miralem Pjanic. Sonado para Barcelona, es uno de los llamados a brillar en Brasil. La liga que más nutre al seleccionado de Bosnia es el torneo alemán. Ermin Bicakcic (Braunschweig), Emir Spahic (Leverkusen), Vedad Ibisevic (Stuttgart) y Sejad Salihovic (Hoffenheim), hacen que el equipo tenga un aire teutón. La experiencia de Zvjezdan Misimovic (Dynamo Moscú), y la explosión de Senad Lulic (Lazio), hacen del mediocampo algo muy peligroso. Avdija Vrsajevic (Hajduk Split) y Haris Medunjanin (Gaziantepspor) completan la plantilla.
El entrenador
Safet Susic como jugador integró las grandes Yugoslavia en los 80 y sabe lo que es ser protagonista en los mundiales. Esa experiencia quiere llevársela a sus dirigidos, convencido que para ello, deben perder el miedo del debut. Es un técnico osado, que más allá de las limitaciones de su equipo, tiene el coraje para buscar los partidos. Se hizo como entrenador en Turquía, en un clima hostil, por eso cree tener lo necesario para hacer un gran mundial.
La figura
Quizá no es tan técnico como sus compañeros, pero es el líder indiscutido. Hizo carrera en Wolfsburg con el que salió campeón, y luego pasó a Inglaterra, donde cambió silbidos por aplausos. Hoy, el bombardero de los Balcanes, tiene la madurez necesaria para liderar a Bosnia a una proeza brasileña. Su fuerte es el cabezazo, pero pese a su altura, es dúctil con el balón en los pies.
Modelo de juego
Bosnia es un equipo ordenado que ataca mucho por las bandas. Los envíos al punto penal para Dzeko e Ibisevic son moneda corriente, pero el equipo cuenta con otras variantes. Una de ellas, los remates de larga distancia, casi siempre a cargo de Miralem Pjanic, un auténtico especialista. Los volantes poli funcionales de Bosnia hacen que nadie quiera encontrárselo si logran pasar el grupo F junto a Argentina, Irán y Nigeria.
La joya después de Dzeko es el volante de Roma, Miralem Pjanic. Sonado para Barcelona, es uno de los llamados a brillar en Brasil. La liga que más nutre al seleccionado de Bosnia es el torneo alemán. Ermin Bicakcic (Braunschweig), Emir Spahic (Leverkusen), Vedad Ibisevic (Stuttgart) y Sejad Salihovic (Hoffenheim), hacen que el equipo tenga un aire teutón. La experiencia de Zvjezdan Misimovic (Dynamo Moscú), y la explosión de Senad Lulic (Lazio), hacen del mediocampo algo muy peligroso. Avdija Vrsajevic (Hajduk Split) y Haris Medunjanin (Gaziantepspor) completan la plantilla.
El entrenador
Safet Susic como jugador integró las grandes Yugoslavia en los 80 y sabe lo que es ser protagonista en los mundiales. Esa experiencia quiere llevársela a sus dirigidos, convencido que para ello, deben perder el miedo del debut. Es un técnico osado, que más allá de las limitaciones de su equipo, tiene el coraje para buscar los partidos. Se hizo como entrenador en Turquía, en un clima hostil, por eso cree tener lo necesario para hacer un gran mundial.
La figura
Quizá no es tan técnico como sus compañeros, pero es el líder indiscutido. Hizo carrera en Wolfsburg con el que salió campeón, y luego pasó a Inglaterra, donde cambió silbidos por aplausos. Hoy, el bombardero de los Balcanes, tiene la madurez necesaria para liderar a Bosnia a una proeza brasileña. Su fuerte es el cabezazo, pero pese a su altura, es dúctil con el balón en los pies.
Modelo de juego
Bosnia es un equipo ordenado que ataca mucho por las bandas. Los envíos al punto penal para Dzeko e Ibisevic son moneda corriente, pero el equipo cuenta con otras variantes. Una de ellas, los remates de larga distancia, casi siempre a cargo de Miralem Pjanic, un auténtico especialista. Los volantes poli funcionales de Bosnia hacen que nadie quiera encontrárselo si logran pasar el grupo F junto a Argentina, Irán y Nigeria.
