Cita con la historia para cualquiera que alzara la Copa Libertadores. Ninguno supo en su historia que se siente levantar el mayor trofeo a nivel clubes en América. San Lorenzo de Argentina y Nacional de Paraguay tenían cuentas pendientes desde Asunción, cuando el equipo gaucho hizo todo el gasto y los guaraníes, a puro empuje, empataron el encuentro en la última pelota. Hoy, en el Nuevo Gasómetro, todo quedó finiquitado.
Es imposible hablar de San Lorenzo sin mencionar al Papa Francisco, y él, en la tarde italiana, vaticinó que el de hoy era un día muy importante para su Santidad y para todos los cuervos. Tal vez por eso los jugadores iniciaron nerviosos, atornillados al césped y sin movilidad para detener a un equipo asunceño que salió a jugar sin desparpajo. Nacional era mejor y mereció el gol de entrada, al minuto de juego pegó una pelota en el palo izquierdo de Torrico.
Sin miedo ni susto ante las 45 mil almas que colmaron el estadio, el tricolor jugaba mejor y solo le faltó la puntada final. Silvio Torales y Marcos Riveros eran los mejores jugadores del terreno, hacían jugar al conjunto paraguayo y a la vez anulaban a Mercier y Ortigoza, los pulmones del mediocampo argentino. Con la mira desviada, los minutos jugaban en contra de Nacional, porque en algún momento, pensaban sus hinchas, San Lorenzo iba a despertarse.
Y se despertó. No por voluntad propia, sino por ayuda de un rival. Un tiro de esquina con muchos rebotes y jugadas confusas derivó en Martín Cauteruccio, que estaba habilitado, quiso hacer una cabriola y el defensor Ramón Coronel, más por instinto y nervios que por otra cosa, puso la mano obligando al juez Sandro Ricci a cobrar penal. De la nada, sin merecerlo, el equipo del Papa tuvo la oportunidad de adelantarse en el marcador.
El encargado de tomar la pelota fue Néstor Ortigoza. Curiosa estadística en su haber, fallando solo un penal en su larga trayectoria patea penales. Esa garantía la demostró en el cobro y a poco del final del primer tiempo, San Lorenzo ganaba por la mínima y se aseguraba la Copa Libertadores. Nacional sintió el golpe, pero en pocos minutos se repuso y con mucho pundonor volvió a su libreto: presión y ataque.
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Seguro que el entrenador de San Lorenzo, Edgardo Bauza, recriminó a sus jugadores en el entretiempo. El ‘Ciclón’ salió con otra actitud a la segunda parte, no por falta de compromiso, sino por nervios y presión sintiendo que la atmósfera los superaba. A los paraguayos no se les hizo sencillo el control de la pelota, más peleada en la mitad de la cancha.
El arma de Nacional pasó a ser la pelota parada. Cada envío de Riveros era un dolor de cabeza para los defensores argentinos. Aun así, Torrico no sufrió demasiadas situaciones en contra. El tiempo corría y los canticos se transformaron en plegaria, a menos de 15 minutos San Lorenzo sentía que no se le podía escapar. La fe creció cuando Bareiro tuvo en sus pies el empate y le erró al arco. Colaboró Gentiletti con su barrida que desvió el balón a tiro de esquina.
A Nacional se le fueron acabando los argumentos y la emoción contenida por 106 años de a poco se fue transformando en euforia. El adelanto, la salida del ídolo Leandro Romagnoli, que con algo de lágrimas abandonó el terreno. Sin fuerzas, los guaraníes apostaron por pelotazos rogando por una pelota más, como en Asunción, que llevara todo al alargue.
La ocasión no apareció y San Lorenzo de Almagro, el equipo del Papa Francisco, estalló en júbilo. Por fin tiene en sus manos la Copa Libertadores de América, es el equipo bendecido por Dios y que ahora, como monarca del Nuevo Continente, alista maletas rumbo a Marruecos donde disputará el Mundial de Clubes en diciembre. Ahí tal tendrá la oportunidad de retar a Real Madrid para ser campeón del mundo y ¿por qué no soñar? Tiene al Papa de su lado. Felicidades al campeón.
¡El milagro consumado! San Lorenzo rey de América
Mié, 13/08/2014 - 16:07
Cita con la historia para cualquiera que alzara la Copa Libertadores. Ninguno supo en su historia que se siente levantar el mayor trofeo a nivel clubes en América. San Lorenzo de Argentina y Nacional