Daniel Villegas aprendió a ser perfeccionista, una cualidad que le sirve bastante en uno de sus negocios: organizar bodas, que no son simples matrimonios sino megabodas, algunas de ellas para millonarios, ceremonias para las que recrea un espectáculo.
Nos recibe al lado del taller de su padre, el maestro Armando Villegas. Insiste en que vayamos a su Jaguar House, el lugar donde se gestan sus propias ideas y donde ha ensayado con distintos tipos de fiestas.
La Jaguar House es un espacio con reflectores y lámparas que Daniel usa para inspirarse. En las grandes bodas él mismo diseña objetos para que cada fiesta sea única.
Villegas empezó su afición por las fiestas en el colegio cuando organizaba minitecas y proms. Es comunicador social, pero sus amigos lo llaman party manager. Su afición por las fiestas viene de su interés por la música.
Dice que las megabodas son una tendencia cada vez más imponente. Las ideas para su empresa, que nacen un minuto después de que lo contratan, las plasma en bosquejos. Pinta, conversa con las personas que se van a casar, algunos con buenas ideas y otros no tanto, y así va creando un concepto, una idea general para un evento que por su magnitud y costo no admite errores. No tiene página web, ni publica fotos de las fiestas, cada cliente le llega por recomendación de otro. Hasta el momento lleva más de 20 megabodas hechas.
“Lo genial de una megaboda es que puede ser un performance y logras todo lo que imaginaste. Yo hago que lo intangible, la sensación de que se pasó increíble, sea un hecho. Cada momento de una boda debe ser especial, desde la luz y un buen sonido, no puede haber baches. Y eso hago, vendo ideas y creatividad, lo que no siempre es fácil”, cuenta.
Para llegar al punto de ser experto en bodas, Daniel no tuvo que hacer ningún curso. Su gran escuela han sido las más de 100 bodas a las que lo han invitado. Guarda las tarjetas de todas. “Si la gente supiera el esfuerzo que se hace para invitarlo a una boda no faltaría a ninguna.”
“Hay una tendencia importante de la gente que quiere hacer bodas que requieren de un recurso técnico grande, porque para bodas de 800 o 500 invitados necesitas un sonido y espacio amplios. Quieren brindar un espectáculo y contratar artistas importantes para hacer un show de media noche. Son montajes muy robustos.”
Por ahora la única boda a la que no ha asistido es a la suya. Él siempre carga dos esmóquines y dos guayaberas porque sabe que lo pueden invitar a un matrimonio el viernes y a otro un sábado.
Daniel Villegas da estos tips para hacer una boda perfecta:
Invertir tiempo e interés:
No hablar de la boda es clave. Todo es mejor como sorpresa y así no se crean falsas expectativas de nada, si algo no salió como se quería solo la persona y el organizador lo sabrán.
Ver todo desde el punto de vista del invitado, no del que invita, porque no necesariamente lo que a usted le gusta es lo que le va a gustar a todo el mundo.
Pensar en la comodidad de los invitados. Tener en cuenta que si la boda es muy temprano, sobre todo las mujeres, van a tener que madrugar para ir al salón de belleza. Considerarlas: darles un kit de baño que dure toda la noche y unos zapatos bajitos, zapatillas para descansar.
Menos es más:
Se llaman eventos porque cualquier cosa puede pasar, por eso uno siempre tiene que tener un plan b en pro del evento y no quedarse aturdido y sin respuesta.
Hay que balancear los gastos. Nadie se va a dar cuenta si tiene puesto un vestido de Pronovias o un Óscar de la Renta. El exceso estaría en comprar un vestido de 60 millones de pesos y hacer una boda de cinco. Maneje un presupuesto, repártalo y balancée.
Por costos no es necesario hacer la boda en un lugar lejano o exótico, es posible hacer algo lindo cerca a todos los invitados.
Boda organizada por Daniel Villegas en el Orquideorama en Medellín
Trabajar con proveedores confiables y de calidad: Un buen sonido es clave. Hay fiestas malas donde la gente no se enrumba o no pasa nada y una buena orquesta puede ser fundamental. Evitar los clichés: Regalar el ramo o la liga es algo que realmente ya pasó de moda. Si de todas formas se quiere hacer, trate de encontrar la manera más divertida. La hora loca también se ha convertido en un lugar común. Es mejor un happening con buen gusto que no solo sea con el tema del Carnaval de Barranquilla. Grupos de teatro u otros temas y personajes se podrían involucrar para hacer algo diferente y espontáneo. En cuanto a bebidas y comida es mejor que sobre y no que falte: Es muy agradable para un invitado sentir que está como en un restaurante. Puede pedir alguna bebida antes de comer y sentir que el servicio es ágil. Así son las megabodas Kienyke.com consultó diversas fuentes para establecer los precios de los matrimonios más lujosos de Colombia. Estos costos varían de acuerdo a los proveedores, que en este caso, no son los que utiliza una empresa como la de Villegas. La obsesión de Villegas es generar experiencias en cada evento. Para esto aprendió a ser previsivo, detallista y planea y supervisa cada paso de estos grandes eventos. ¿Cómo se organiza una megaboda? Daniel, como buen anfitrión que es, tiene que ambientar la conversación con la música que mezcla desde una consola profesional. Le gustan los buenos ambientes. Pide bebidas y dice que su casa fue el lugar donde experimentó para aprender a hacer fiestas. Por eso para él una buena boda no depende tanto del lugar como de lo que se haga por transformarlo en un sitio especial. Con buena infraestructura, la ayuda de una Wedding Planner, buenos equipos de música, un ingeniero de sonido que los maneje, y la comida perfecta se puede lograr un momento inolvidable. Prefiere reservarse los nombres de sus clientes. Dice que las bodas de millonarios requieren de mucha privacidad, pero que sí son más comunes de lo que se cree. Él se toma al menos seis meses para preparar cada detalle. Desarrolla los escenarios, ayuda a elegir las orquestas que van a tocar y hasta el vestuario que los cantantes utilizan. También diseña tarimas, lámparas y todo lo que pueda recrear un ambiente único. “Cada evento es diferente, lo que yo le ofrezco a la gente es una experiencia desde que llego hasta que me voy. El montaje de una megaboda empieza cinco días antes si se puede. Si es con 24 horas no duermo. Cada sitio se debe dejar hermoso: con una iluminación bien llevada y buen gusto se garantiza que estas bodas sean un éxito”. En cuanto a la participación de la novia o el novio en los preparativos, la mujer sigue participando más. “La gente quiere de todo y mejor dicho quiere hacer de cuanta vaina, pero hay que ir aterrizándolo, el límite es el de su chequera.” Un ejemplo de megaboda fue la fiesta que organizó Daniel en el Orquideorama de Medellín en el 2012. Viajó desde Bogotá con 5 camiones y un equipo de 40 personas. En uno de los vehículos lleva una planta eléctrica para no depender de la luz del lugar. “Si se llega a caer la luz es lo peor que puede pasar, pero si eso llegara a suceder sacaría una papayera o algo así porque no pueden haber baches.” El trabajo de montar un evento de estos puede tomar desde las 5 a.m. de un viernes hasta las 11 a.m. del sábado. El jardín botánico se iluminó casi completamente para simular una capilla y para dar un coctel en otra área del sitio. El techo del Orquideorama se resaltó con un escenario hexagonal. También para ese matrimonio cada mesa llevaba el nombre de una orquídea diferente. Los invitados tenían acceso a todas las bebidas o comida que quisieran: “Es mejor que sobre y no falte”. Tocó una orquesta, un grupo de son cubano y un DJ. El sonido fue supervisado por un ingeniero de sonido profesional. A las mujeres les regalaron zapatillas para que descansaran de los tacones en algún momento de la noche. “No son solo bodas, sino fiestas privadas, la gente quiere hacer cosas especiales. No me gusta hablar de presupuestos, porque no necesariamente un gran evento requiere un alto presupuesto, pero el buen gusto es importante. Hay que saber escoger bien las cosas. Sin embargo, cuando la gente quiere hacer un gran evento no escatima en detalles, pero tampoco uno se aprovecha de eso, se maximiza el presupuesto para un cliente.” El toque para una excelente producción de boda, según Villegas, está en seguir cada detalle. No importa que la gente no se dé cuenta, pero precisamente lo intangible será lo más importante de la experiencia. Por ejemplo, si una fiesta tenía un sonido estridente o en algunos sitios no llegaba la música, eso puede dañar el momento. “Los intangibles, todo eso se queda al final en el corazón de la gente. La idea es que se pueda hablar, pero que hasta sentado en el último rincón se escuche bien la música, que si te pasan la comida no esté fría porque fuiste de los últimos platos en servir, en eso está el plus de una boda bien preparada y con un gran capital humano de fondo. A veces siento que la decoración es linda pero la fiesta y la música floja y eso daña el recuerdo de un matrimonio”. En cuanto a lugares Daniel dice que las megafiestas se organizan en fincas de familias, clubes, pero en sitios cercanos a las personas. Muchos han sido en Bogotá o Medellín y no en Cartagena como se podría pensar. Los sitios más adecuados son grandes carpas a las que se les incorporan distintos objetos. “No se trata de llenar el sitio de juguetes, pero de montar todo bien, en el lugar indicado, mi premisa es menos es más”. El límite es la chequera del cliente, pero Daniel no se presta para algo que le parezca de mal gusto. Al final, él es selecto al escoger un evento y dice que lo más satisfactorio es ver novias felices. @JuanaRestrepo87 Lea también La mansión de Alejandro Santodomingo Bellas y billonarias Cómo ser millonario, según William Vinasco El creador del imperio de Zara