
La tarde del miércoles 25 de junio marcó un momento clave en la lucha contra el crimen organizado en Ecuador. José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, considerado el narcotraficante más peligroso y buscado del país, fue recapturado tras casi 18 meses prófugo.
El líder de la temida organización criminal Los Choneros fue encontrado en su ciudad natal, Manta, escondido en un búnker subterráneo, lo que puso fin a una intensa cacería nacional e internacional.
¿Quién es ‘Fito’?
Alias Fito, de 45 años, es mucho más que un delincuente común: es el rostro de una era de violencia sin precedentes en Ecuador.
Desde su liderazgo al frente de Los Choneros, la banda criminal más antigua y poderosa del país, Fito consolidó un emporio narcotraficante que operaba en alianza con el Cártel de Sinaloa de México. Su organización controlaba rutas estratégicas para el envío de toneladas de cocaína desde Colombia y Ecuador hacia Estados Unidos y Europa.
Condenado en 2011 a 34 años de prisión por narcotráfico, asesinato y delincuencia organizada, Fito ya había protagonizado una fuga en 2013. Fue recapturado poco después, pero su última evasión en enero de 2024, desde la Cárcel Regional de Guayaquil, fue especialmente alarmante por la forma silenciosa y sin resistencia con la que ocurrió, evidenciando el control absoluto que tenía sobre el penal.
La captura: operación militar de alto riesgo
El operativo que permitió la captura de Fito se extendió por más de diez horas. Dirigido por fuerzas especiales del Ejército y la Policía Nacional, el despliegue culminó en una vivienda de la ciudad costera de Manta, en la provincia de Manabí. Allí, escondido bajo tierra en un búnker de alta seguridad, fue encontrado y detenido sin que se reportaran enfrentamientos.
El presidente Daniel Noboa, quien se encontraba en China en visita oficial, anunció personalmente la detención a través de redes sociales. Noboa ha convertido la lucha contra el crimen organizado en la piedra angular de su mandato, tras declarar al país en “conflicto armado interno” y clasificar a bandas como Los Choneros como grupos terroristas.
Vuelta a La Roca y posible extradición
Luego de su captura, Fito fue trasladado bajo fuertes medidas de seguridad a Guayaquil y recluido en La Roca, la prisión de máxima seguridad de Ecuador. Allí ya había estado recluido en el pasado, aunque también logró fugarse en una ocasión anterior. La pregunta que ahora se impone es: ¿podrá Ecuador mantenerlo bajo control esta vez?
El Gobierno ecuatoriano ha confirmado que ya ha iniciado el proceso para su extradición a Estados Unidos, donde enfrenta siete cargos federales, incluyendo conspiración para la distribución internacional de cocaína y tráfico de armas. Las autoridades estadounidenses consideran a Los Choneros una organización transnacional de narcotráfico, y en abril de 2025 formalizaron la acusación federal contra Fito.
Un símbolo del poder criminal
La importancia de esta captura va más allá de Ecuador. Durante meses, Fito fue objeto de una alerta roja de Interpol y se barajaron hipótesis sobre su paradero, incluyendo posibles escondites en Colombia o Argentina. La recompensa por su cabeza llegó al millón de dólares.
Durante su fuga, las autoridades buscaron desmantelar su red financiera y familiar. A inicios de junio, fueron capturados varios miembros de su círculo íntimo, incluido su hermano y familiares de su pareja sentimental, acusados de lavado de más de 24 millones de dólares. Estos movimientos asfixiaron las finanzas de Los Choneros y contribuyeron a debilitar su estructura.
Impacto en la seguridad nacional
La detención de Fito representa un duro golpe para el narcotráfico en Ecuador, país que ha experimentado una explosión de violencia en los últimos cinco años. Con tasas de homicidios que lo ubican entre los más peligrosos de Latinoamérica, el país vive una transformación radical de su política de seguridad.
Desde la llegada de Noboa al poder, las cárceles han sido militarizadas y se han ejecutado múltiples operativos para recuperar el control penitenciario, fuente clave del poder de las bandas criminales. La captura de Fito refuerza este esfuerzo y tiene un fuerte impacto simbólico y estratégico.
El futuro de Los Choneros
Pese a la caída de su líder, Los Choneros continúan siendo una amenaza. Enfrentados actualmente con otras organizaciones criminales emergentes, como Los Lobos y Los Tiguerones, su dominio ha disminuido, pero su capacidad operativa no ha sido completamente desarticulada.
La lucha por el control del narcotráfico en Ecuador se ha vuelto un conflicto entre carteles transnacionales, con consecuencias devastadoras para la población civil. La recaptura de Fito podría marcar un punto de inflexión, pero no significa el final de la guerra.
La recaptura de José Adolfo Macías Villamar es un logro significativo para Ecuador y una victoria para la cooperación internacional contra el narcotráfico. Sin embargo, también deja en evidencia las profundas raíces del crimen organizado en el país y los desafíos que aún persisten.
Mientras las autoridades avanzan hacia su extradición, queda claro que la batalla por recuperar la seguridad en Ecuador apenas comienza.