La Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, validó este proyecto de ley por 258 votos a favor y 169 en contra, después de que el Senado se hubiera pronunciado en la misma línea el pasado 29 de noviembre con 61 votos positivos y 36 negativos.
El proyecto de ley tiene pendiente ahora la ratificación del presidente, Joe Biden, para entrar en vigor.
"El Congreso ha dado hoy un paso decisivo para garantizar a millones de estadounidenses el derecho a casarse con quien amen", dijo en un comunicado el mandatario, para quien su aprobación "dará tranquilidad mental a millones de LGBTQI+ y parejas interraciales que ven ahora garantizados los derechos y protecciones a los que tienen derecho".
La legislación promueve que el Gobierno federal reconozca el matrimonio entre dos personas del mismo sexo si es legal en el estado donde se casaron. El mismo principio se aplica a las bodas interraciales.
El texto también reconoce la libertad religiosa, evitando que se pueda obligar a instituciones religiosas como las iglesias a celebrar esas bodas y que estas pierdan beneficios o exenciones fiscales por no hacerlo.
Este último punto formó parte de una enmienda introducida mediante un acuerdo bipartidista en el Senado, que hizo que el texto tuviera que volver ahora a la Cámara de Representantes para su votación definitiva después de que esta última lo hubiera aprobado ya en julio con 267 votos a favor y 157 en contra.
El proyecto de ley revoca además la ley de Defensa del Matrimonio aprobada en 1996, que lo define como la unión entre un hombre y una mujer.
El matrimonio homosexual es legal en Estados Unidos desde que en junio de 2015 el Tribunal Supremo declarara inconstitucionales las leyes que lo prohibían en algunos estados.
Pero la movilización en torno a la defensa de esas uniones tomó impulso recientemente después de que el Supremo, controlado ahora por una mayoría conservadora, derogara en junio la sentencia "Roe contra Wade", que durante casi medio siglo protegió el acceso al aborto en el país.
Desde entonces, un gran número de activistas y políticos progresistas han advertido de la posibilidad de que la corte haga lo mismo con otros derechos, como las bodas entre personas del mismo sexo, devolviendo a los estados la potestad de fijar si lo permiten o no.
El proyecto de ley no establece el matrimonio gay como un derecho federal aplicable en todo el país, pero en caso de que el Supremo llegara a revocar su doctrina sí impediría que los estados donde dejara de estar permitido discriminaran a aquellas parejas homosexuales casadas en otros.
La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, admitió este jueves que ese derecho fundamental está bajo "amenaza real, directa y urgente", y sostuvo que la aprobación de la normativa que lo protege es "un triunfo glorioso del amor, de la libertad y de la dignidad para todos". EFE