Originaria de Shanghái, la periodista Zhang Zhan fue condenada a cuatro años de prisión luego de cubrir la situación epidémica por covid-19 en Wuhan, ciudad donde surgió el primer brote. Las autoridades locales la acusan de “provocar altercados y buscar problemas” en los reportajes que divulgó por redes sociales.
La noticia se conoció por medio de uno de sus abogados, quien citó que Zhang se negó a aceptar los cargos declarando que su cubrimiento no debería ser censurado. Los informes fueron divulgados a través de la plataforma china Wechat y también por Twitter y YouTube, estas últimas, prohibidas en el país oriental.
Zhang, quien antes de ejercer el periodismo fue abogada, viajó a principios de febrero para documentar la situación de confinamiento en Wuhan mostrando la realidad de los habitantes y el panorama de los hospitales. Según Amnistía Internacional (AI), su trabajo informó detenciones de otros reporteros independientes y acoso a familiares de víctimas del coronavirus.
La ex abogada fue detenida en el mes de mayo por la policía en Shanghái, una ciudad a más de 640 kilómetros de donde vivía. La Fiscalía la acusa de “publicar grandes cantidades de información falsa y tener entrevistas con medios extranjeros para “exagerar maliciosamente” la situación del coronavirus en Wuhan.
De acuerdo con las afirmaciones en el mes de septiembre de la organización Chinese Human Rights Defenders (CHRD), la mujer había sido detenida por publicar que los ciudadanos de Wuhan estaban recibiendo comida podrida durante las once semanas de confinamiento que vivió la ciudad y que estaban obligados a pagar tasas para poder hacerse la prueba del coronavirus.
Los abogados de Zhang indican que su estado físico es muy débil, luego de que la periodista iniciara una huelga de hambre en septiembre. La defensa también afirma que las autoridades la alimentan forzosamente mediante un tubo y la obligan a llevar grilletes. La corresponsal desea continuar con la huelga “incluso aunque muera en prisión”.
Solidaridad y apoyo a la comunicadora
La activista de Gwen Lee se pronunció en un comunicado aseverando que “los periodistas ciudadanos como Zhang Zhan fueron la fuente primaria, si no la única, de información de primera mano y sin censura durante los primeros días del covid-19” y exigió al régimen que “deje de perseguir a periodistas y otros ciudadanos solo por informar la verdad”.
Fan Bing, abogado de Chen Qiushi y el reportero Li Zehua, son otros casos de detención o desaparición que se han presentado este año mientras la situación de emergencia no para.
Las restricciones a la prensa local por parte del Gobierno chino son recurrentes y controlados estrictamente. De igual forma, bloquea la mayor parte de medios de comunicación extranjeros implementando el ‘Gran Firewall’, un sistema establecido por el ministerio de Seguridad Pública desde el año 2003 para censurar y vigilar el acceso a internet de los habitantes.
Leo Lan, investigador de CHRD, afirmó que “el Gobierno chino ha vuelto a celebrar una farsa de juicio durante las navidades ya que las autoridades quieren reducir sobre estos casos sensibles, mientras los diplomáticos y periodistas están de vacaciones”. Además, puntualiza que la condena a Zhang es alarmante y es una señal de intimidación para que otras personas se abstengan de informar la situación de la pandemia en Wuhan.
Por otro lado, la Oficina de la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, pidió que se libere a la periodista.
“Hemos hablado sobre su caso con las autoridades a lo largo del 2020 y lo consideramos un ejemplo de restricciones excesivas a la libertad de expresión en relación con la covid-19”, expresó la oficina de Bachelet en su cuenta de Twitter.
