
La última cumbre de la OTAN celebrada en La Haya ha dejado un nuevo foco de tensión entre Estados Unidos y España. El presidente estadounidense, Donald Trump, lanzó una dura advertencia al Gobierno español por su negativa a cumplir la exigencia de aumentar el gasto en defensa al 5% del PIB, una medida que sí fue respaldada por el resto de los aliados.
“Es terrible lo que ha hecho España”, declaró Trump en una rueda de prensa marcada por su tono desafiante. “Se quieren quedar en un 2%. Es terrible. Les va muy bien económicamente, y esa economía podría venirse abajo si pasa algo malo”, añadió el mandatario, quien también acusó a Madrid de querer "aprovecharse del viaje gratis".
Trump, que fue recibido con honores reales en los Países Bajos, se mostró exultante tras conseguir una declaración final en la que los líderes de la Alianza se comprometen a aumentar significativamente sus presupuestos de defensa, cumpliendo con su principal exigencia. España, sin embargo, se desmarcó del compromiso al considerar suficiente su objetivo del 2,1%, lo que provocó la furia del líder republicano.
Amenaza directa: acuerdo comercial contra España
En un gesto inusual en la diplomacia multilateral, Trump prometió "negociar directamente" un acuerdo comercial con España que la obligue a "pagar el doble". Acompañado del secretario de Estado, Marco Rubio, y del secretario de Defensa, Pete Hegseth, el presidente estadounidense anunció que él mismo se encargará de las conversaciones, a pesar de que España, como miembro de la Unión Europea, gestiona su política comercial de manera conjunta con Bruselas.
“Voy a negociar directamente con España; lo voy a hacer yo mismo”, enfatizó Trump, dejando abierta la posibilidad de aplicar aranceles específicos a productos europeos con alto impacto en el comercio español, una estrategia similar a la que ya usó durante su primer mandato en la guerra comercial con la UE.
Trump considera que “no es justo” que España no iguale el esfuerzo del resto de aliados y repitió varias veces que “van a tener que devolvérnoslo”.
La OTAN, bajo el ala de “papi” Trump
La escena política internacional se vio sacudida por una sorprendente frase del secretario general de la OTAN, el neerlandés Mark Rutte, quien en plena rueda de prensa interrumpió a Trump para referirse a él como “papi”. “Y entonces papi a veces tiene que usar un lenguaje fuerte para hacerlos parar”, dijo, refiriéndose a los conflictos entre Israel e Irán. Las palabras de Rutte, lejos de incomodar a Trump, fueron celebradas por él: “Yo le gusto. Creo que le caigo bien. Lo ha hecho con mucho cariño. 'Papi, tú eres mi papi'”, ironizó el presidente, aumentando la controversia.
Rutte, quien ha sido acusado de adular excesivamente al líder estadounidense, también habría enviado mensajes en mayúsculas y con expresiones repetidas, imitando el estilo característico de Trump en redes sociales. Estas muestras de deferencia generaron críticas dentro de la propia Alianza, que teme una creciente dependencia de la agenda estadounidense.
Bombardeos en Irán y acusaciones a la prensa
La cumbre también estuvo marcada por los recientes bombardeos estadounidenses sobre instalaciones nucleares en Irán, que Trump calificó como un “éxito rotundo”. Sin embargo, informes preliminares de inteligencia contradicen esa versión, asegurando que las instalaciones no fueron completamente destruidas. Trump desestimó las críticas como “noticias falsas” y arremetió contra los medios que publicaron los análisis.
Además, adelantó que retomará las negociaciones nucleares con Irán “la próxima semana”, aunque reconoció no tener claro si habrá un nuevo acuerdo: “No me importa si hay un acuerdo o no (…) lo volamos todo por los aires”, declaró.
Una cumbre con sabor a imposición
La cumbre de La Haya deja un mensaje claro: Donald Trump ha logrado imponer sus condiciones en el seno de la OTAN, pero a costa de tensar las relaciones con aliados históricos como España. Mientras Rutte lo elogia y los líderes europeos intentan mantener la cohesión, Trump marca la agenda con amenazas comerciales, lenguaje populista y un estilo cada vez más personalista. El pulso entre Washington y Madrid apenas comienza, y las repercusiones podrían sentirse en el terreno económico más pronto que tarde.