La Ley 550 fue el salvavidas que tuvo el Hospital Universitario del Valle para no dejar de funcionar. Ahora cuenta con modernas salas de maternidad, pediatría, urgencias y pabellón de quemados. Además de estas transformaciones, se planea realizar trasplantes de hígado y riñón.
Aunque ahora el HUV tiene instalaciones remodeladas, tuvo que pasar mucho tiempo para que eso ocurriera. El personal médico y administrativo dejó de recibir salarios. Además los insumos que quedaban fueron objeto de saqueos. Sostener el centro de atención hospitalario era casi imposible, no había sangre en el banco, ni jeringas, ni algodón, ni guantes, ni reactivos, entre otros elementos fundamentales.
Los sindicatos no se hicieron esperar y las protestas a la entrada del hospital fueron uno de los detonantes.
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Aunque la situación ya era caótica, la realidad era más cruda. Había sobre costos en alimentación, lavandería y en pagos al recurso humano. Así mismo encontraron facturas que superaban los $10’000.000 y que fueron denunciadas ante la Fiscalía. Por otro lado, las deudas ascendían a $286’000.000 y el 84 % de los ingresos eran destinados al pago de salarios. Esto dejó un déficit que era mayor a $6.500 millones.
El Ministerio de Salud y la Superintendencia de Salud le dieron la calificación de ‘alto riesgo’ al hospital. Poco a poco el centro de atención hospitalario más importante del Suroccidente colombiano empezó a recuperarse de su estado crítico.
En un par de años, pasó de estar agonizante a mostrar su vitalidad. Durante el 2016, la gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro Torres, transfirió más de $72.000 millones para que el hospital mantuviera abiertas sus puertas. Además, destinó $20.000 millones, que permitieron estar a paz y salvo con los salarios y primas de 1.046 trabajadores de planta y mitigar la deuda con 969 trabajadores de agremiaciones.
Durante el tránsito entre el estado terminal y la salvación, la mandataria de los vallecaucanos, fue blanco de las más severas críticas por parte de personal interno. Y a la postre, hasta sus más acérrimos contradictores, hoy reconocen el valioso aporte de la mandataria para la salvación del HUV.
“A pesar del juego sucio de los sindicatos, hubo actuaciones ejemplares de médicos, enfermeras y estudiantes. Todos trabajaron sin descanso y sin recibir salario por varios meses”, destacan los integrantes de la Junta Directiva del hospital.
Ese aporte sobresale el disciplinado ejercicio de aumentar la producción y disminuir los costos. “Antes de mitad de año facturamos el 100 por ciento de la proyección para el 2018, lo que significa que estaremos facturando posiblemente al terminar la vigencia el doble de lo proyectado”, indicó Irne Torres, gerente del hospital.
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Durante el tránsito entre el estado terminal y la salvación, la mandataria de los vallecaucanos, fue blanco de las más severas críticas por parte de personal interno. Y a la postre, hasta sus más acérrimos contradictores, hoy reconocen el valioso aporte de la mandataria para la salvación del HUV.
“A pesar del juego sucio de los sindicatos, hubo actuaciones ejemplares de médicos, enfermeras y estudiantes. Todos trabajaron sin descanso y sin recibir salario por varios meses”, destacan los integrantes de la Junta Directiva del hospital.
Ese aporte sobresale el disciplinado ejercicio de aumentar la producción y disminuir los costos. “Antes de mitad de año facturamos el 100 por ciento de la proyección para el 2018, lo que significa que estaremos facturando posiblemente al terminar la vigencia el doble de lo proyectado”, indicó Irne Torres, gerente del hospital.
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