Ante el inconformismo de varios ciudadanos por el cierre de Playa Blanca, en la isla de Barú de Cartagena, para proteger ese ecosistema, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible manifestó que esta decisión no tiene marcha atrás.
Ante este rechazo de la comunidad, Edgar Rojas, asesor del ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, manifestó que a partir del 15 de junio se deben contemplar medidas para garantizar el mínimo vital de los nativos que ejercen allí su actividad económica.
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“Las comunidades harán parte del procedimiento del cierre temporal de la playa porque van a aportar el conocimiento que tienen de la zona y, seguramente con el tiempo, se van a convertir en protectores de esta especie en vía de extinción”, señaló el funcionario.
Por su parte, el recién posesionado alcalde de Cartagena, Quinto Antonio Guerra, manifestó que el cierre se debe cumplir y para minimizar las afectaciones se adelanta la caracterización de las personas o familias que resulten impactadas por la medida y de esta manera tomar las acciones pertinentes.
“Queremos que una vez se aplique la medida no genere traumatismos, tanto para el turista y los nativos como para la población en general”, señaló el alcalde y agregó que se identificarán las personas que resulten impactadas durante el tiempo de anidación de la tortuga, para que así se puedan garantizar condiciones de vida digna, puesto que en la zona viven cerca de 450 personas que realizan actividades de operarios turísticos, por eso no queremos afectar su mínimo vital”, indicó el mandatario municipal.
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Es de anotar que esta medida fue anunciada por el Ministerio de Ambiente, contempla el cierre de 1,1 kilómetros de la zona norte de Playa Blanca y aplicará entre los meses de mayo y noviembre, con el fin de proteger la tortuga carey, la cual se encuentra en peligro de extinción.
Con el fin de garantizar el cumplimento de la medida, durante el tiempo que la playa esté cerrada, la Policía Nacional realizará patrullajes constantes.
