El resultado de las elecciones presidenciales del 20 de mayo en Venezuela tendrá que enfrentarse a la mirada vigilante de gran parte de la comunidad internacional que, desde el llamado a elecciones por la Asamblea Nacional Constituyente, se ha manifestado en contra de su convocatoria y en los últimos días ha afirmado que no reconocerá el gobierno que resulte electo, con la promesa de tomar medidas, tanto particulares como colectivas, a partir del 21 de mayo.
Frente a la decisión del Parlamento Europeo, EEUU y varios países latinoamericanos reunidos en el Grupo de Lima, el nuevo presidente venezolano -que las encuestas apuntan a Nicolás Maduro-, contará con el apoyo de Rusia, uno de sus principales socios económicos, y de la Alianza Bolivariana para los pueblos de América (ALBA).
Desde la decisión el 23 de enero de la plenipotenciaria Asamblea Nacional Constituyente (ANC) de ordenar al Consejo Nacional Electoral (CNE) convocar las elecciones, diversos Gobiernos se mostraron en desacuerdo con una decisión que tacharon de unilateral e ilegal.
Estos Gobiernos no reconocieron a la ANC por considerar que se eligió e instaló de forma fraudulenta, y a partir de ese momento consideran que todas las decisiones del foro chavista son ilegales.
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El primer choque diplomático se dio los días previos a la Cumbre de las Américas de mediados de abril en Perú, cuando el Grupo de Lima pidió retirar la invitación al presidente Nicolás Maduro al evento, respondiendo al rechazo de la convocatoria adelantada a elecciones.
Caracas acusó a sus integrantes -Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Guyana y Santa Lucía- de ir en contra de los estatutos de la misma organización.
Y a menos de una semana para las elecciones, el Grupo de Lima lanzó un ultimátum al Gobierno de Maduropara que suspenda los comicios del domingo.
Fuera del grupo, los Gobiernos de Argentina, Colombia y Panamá, encabezados por Mauricio Macri, Juan Manuel Santos y Juan Carlos Varela, respectivamente, han declarado abiertamente que no reconocerán al ganador de las elecciones.
EEUU ha aprobado varias sanciones económicas contra el Gobierno venezolano y contra varios de sus altos cargos, incluyendo a Maduro, mientras Canadá, Suiza y Panamá también han lanzado medidas contra funcionarios y antiguos miembros del equipo del presidente.
El Parlamento Europeo también dio luz verde por amplia mayoría el pasado 3 de mayo a una resolución que rechaza las presidenciales venezolanas y pidió su “suspensión inmediata”.
Con información de Analitica.com
