Croacia brincó más alto, pero solo un poquito más alto. El partido entre los balcánicos y los australianos les quedó debiendo a los asistentes al estadio en Salvador de Bahía. En 90 minutos bastante somníferos, europeos y oceánicos llegaron solo tres veces en 90 minutos.
El primer tiempo fue una batalla en la mitad de la cancha. Ambos técnicos plantaron sus estrategias allí y sin saberlo a priori, se anularon. Croacia varió su esquema para encontrarle la vuelta a una mano que le vino bastante cambiada. Los primeros instantes fueron totalmente canguros, más por posesión que por otra cosa.
El poco atractivo en ataque hizo que el paso del reloj fuera tedioso. La única aproximación corrió por parte de los croatas en el primer cuarto de hora y no pasó de eso, solo un susto. La olvidable primera mitad se marchó y con la ilusión de un mejor panorama arrancó el segundo tiempo.
Por lo menos hubo un grito en el complemento. El gol llegó al minuto 52 después de una confusión en el área, que permitió a Nikica Jelavic clavar un potente zurdazo, dejando inmóvil al portero. El banco de pruebas dejó poco y nada para estos dos equipos que ya no tendrán más oportunidades de afinar movimientos, a partir de una semana no hay margen de error para ninguno.
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