La etapa madre de la categoría Indy. Todos quieren ganar en Indianápolis y bañarse de leche al final. Juan Pablo Montoya conoce lo que es, y esta vez quiso repetirlo. Con un auto que se comportó más veloz que todos, cada una de las vueltas en el mítico autódromo acrecentaban las posibilidades del bogotano rumbo a una nueva victoria en Indy 500.
Por varias vueltas fue líder, sin embargo, cuando las posibilidades de Montoya eran más que la de los otros competidores, un exceso de velocidad en los pits le generó una sanción y con ella, se diluyeron las posibilidades de Juan Pablo de ganar. El colombiano que quedó con mejores posibilidades fue entonces Carlos Muñoz del equipo Andretti.
Muñoz llegó expectante en la cuarta colocación a la última vuelta de una accidentada carrera. Sin embargo, el ritmo de los líderes, Helio Castroneves y Ryan Hunter-Reay era un poco mejor. Antes de la bandera blanca, Hunter-Reay pasó a su contendor con una maniobra para la historia y cacheteó a Castroneves, tres veces ganador en Indianápolis.
Lo mejor quedó para el final, cuando Helio atacó con más furia y puso en vilo la victoria de Hunter-Reay, que aguantó y se llevó su primera victoria en las 500 millas de Indianápolis por solo 60 milésimas de segundo de distancia. Al final celebró con su esposa Becky y su hijo de brazos, tomando el litro de leche que tiene el más dulce sabor, el del triunfo en Indy 500.
