Le disparó al pueblo que un día juró proteger. Devin Patrick Kelley era ex militar de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Ingresó en la milicia en 2009, luego de graduarse de secundaria, y su baja fue en 2014, tras una corte marcial derivada de un caso de maltrato hacia su esposa e hijo.
El joven de 26 años era un apasionado de las armas, esas que cuidaba, pulía y hasta mostraba libremente por sus redes sociales; esas con las que cometió la peor de sus locuras: ayer entró vestido de negro y con chaleco antibalas a una Iglesia, y sin decir una sola palabra asesinó a sangre fría a 26 personas que asistían a un servicio religioso en la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs, una comunidad muy pequeña de Texas, Estados Unidos.
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Kelley, fue hallado muerto en su vehículo poco después. Se desconoce si fue abatido o se suicidó.
