Siempre se ha especulado sobre el cabello del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Los rumores dicen que el mandatario de los norteamericanos sufre de calvicie y que para taparla usa una peluca.
Trump y sus asesores siempre han esquivado estos comentarios afirmando categóricamente que la abundante, brillante y rubia cabellera que exhibe es totalmente original. Mejor dicho que se trata de su propio pelo. La defensa de su honor estético ha sido tanta que permitió, en medio de una entrevista, que un famoso presentador de televisión le halara el pelo para demostrar que no lleva peluquín.
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Pero el pasado 8 de febrero, cuando el mandatario de Estados Unidos estaba subiendo las escaleras del avión presidencial, el Air Force One, una fuerte ráfaga de viento levantó parte de su cabellera, dejando al descubierto una prominente calvicie en la parte posterior de su cabeza. Sin que se percatara, el viento le jugó una mala pasada al mandatario.
Después de ese día, Trump no se había referido sobre el notorio incidente; hasta este sábado, cuando en medio de una conferencia con políticos conservadores, detuvo su discurso para bromear sobre su cabellera y confesar, entre chiste y chiste, que sí sufre de esta patología y que todos los días trabaja duro para ocultar su calva.
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"Trato por todos los medios ocultar esa calva, amigos. Trabajo duro en eso. No se ve mal", dijo Trump al percatarse que una de las cámaras del evento se enfocó en su particular cabello, que al parecer es peinado de tal forma que oculte la calvicie.
Es la primera vez que Trump afirma que sufre de calvicie; fue tan importante este anuncio y levantó tanto vuelo que en pocos minutos el tema de la conferencia quedó relegado a un segundo plano y la noticia del día, en Estados Unidos fue la calva de su presidente.
