En la noche de este martes dos carros bomba explotaron cerca de una mezquita en la ciudad de Bengasi, Libia. Al menos 34 personas fallecieron. Este ataque sería catalogado como uno de los más letales desde 2011.
Otras 87 personas resultaron heridas en la ofensiva dirigida a los fieles que salían de la mezquita Al-Radhwan en el este de la ciudad. Hasta ahora ningún grupo se ha atribuido el ataque. Medios locales aseguraron que las autoridades de la ciudad ya están tratando de encontrar a los culpables.
Según testigos, el primer vehículo explotó cuando un grupo de fieles salía de la mezquita y el segundo, media hora después cuando los servicios de socorro ya habían llegado. Algunos de los trabajadores de emergencia y seguridad fallecieron en la segunda explosión.
[single-related post_id="815071"]
Entre las víctimas mortales habrían varios agentes de seguridad y miembros de los servicios sanitarios. Algunos de los heridos estarían en grave estado de salud. Aún no se descarta la posibilidad de que la cifra de muertos aumente.
Según la forma de operar de los terroristas, todo apunta a que se trata de un grupo islámico extremista. La ciudad había gozado de una relativa calma desde que el militar Jalifa Haftar anunciara que ya no habían yihadistas en la ciudad, en julio de 2017. Los habitantes sí habían tenido ofensivas pero fueron esporádicas.
[single-related post_id="815285"]
El líder declaró tres días de duelo tras el ataque. El Gobierno de Unidad Nacional de Libia (GNA), apoyado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), calificó el ataque como un "acto terrorista y cobarde".
La misión de apoyo de la ONU en el país del norte de África mencionó que los atentados fueron horribles y advirtió que "los ataques directos o indiscriminados contra civiles constituyen crímenes de guerra".
Según medios locales, en el ataque terrorista murió Ahmed al-Feitouri, jefe de la División de Investigaciones del Ejército Libio bajo mando del Comandante de las Fuerzas Armadas.
